Revista Libros
Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en www.ciberanika.com
Nowtilus, Febrero 2011
Género: Divulgación
288 páginas
Mediante una gran documentación conformada por informes policiales, psicológicos, médicos, fotografías de las escenas de los crímenes y la descripción de diferentes casos, Janire Rámila nos permite comprender la mente de un asesino en serie, cómo suele actuar y, quizá lo más importante, nos acerca de manera minuciosa a su universo, para así poder identificarlos y reconocerlos.
(Sinopsis parcial de la editorial)
* * *
“Asesinos en serie los ha habido siempre, en todas las épocas y en todas las culturas.” Así comienza este fantástico trabajo de Janire Rámila, periodista y criminóloga, en el que aborda la figura del asesino en serie, la de las víctimas y la de las fuerzas del orden.
En primer lugar, Janire Rámila distingue entre psicóticos y psicópatas, una distinción trascendental a la hora de tratar los casos de asesinos seriales. Los primeros suelen ser enfermos mentales, los segundos no, y es en ellos en los que basa la mayor parte de este trabajo. Los psicópatas, caracterizados por su ausencia de remordimientos y su falta de empatía, suelen ser organizados y sociables, inteligentes y competentes.
La autora analiza algunos casos famosos para ilustrar la información que proporciona: Ted Bundy, El carnicero de Milwaukee, El Hijo de Sam, e incluso Jack el Destripador. Valiéndose de todos ellos traza el perfil de los psicópatas convertidos en asesinos en serie, qué los caracteriza, cómo se mueven, qué los motiva… en un viaje aterrador a lo más profundo de esas mentes perturbadas y terribles, ya sean hombres o mujeres.
Uno de los capítulos más interesantes trata sobre el tratamiento otorgado a ese tipo de presos. En Estados Unidos, donde existen la pena de muerte o la cadena perpetua, una vez que son capturados ya no representan ninguna amenaza para la sociedad. Pero en países como el nuestro, en el que tarde o temprano les es concedida la libertad, vuelven a cometer sus crímenes. No existe tratamiento ni cura para la psicopatía, ni rehabilitación posible. La única solución parece ser recluirlos de por vida en una penitenciaría o en una institución mental. Es el único modo de asegurarse de que no volverán a reincidir.
Janire Rámila no se limita a presentarnos a los asesinos en serie. También nos habla de las víctimas y de la poca atención que se les presta, en especial si las comparamos con sus asesinos, algunos de los cuales tienen club de fans propio. Nos habla del tipo de víctimas, del dolor que padecen y de las pocas ayudas que reciben. Y otro de los aspectos más interesantes del libro: cómo reconocer a un psicópata en ciernes, cuya conducta puede apreciarse ya desde la niñez.
La autora dedica la última parte de su trabajo a hablar de las fuerzas de la ley, de los teóricos que han estudiado a los psicópatas y del avance de la ciencia forense, desde los tiempos de Vidocq o Abberline, para descubrir y detener a los asesinos, comenzando con la elaboración de los perfiles, una disciplina que se desarrolla especialmente en el Departamento de Ciencias de la Conducta del FBI.
Este trabajo no pretende profundizar en la figura del asesino en serie, ya hay muchos libros que abordan ese tema. Lo que sí hace Jaine Rámila es proporcionarnos una serie de claves para comprender la figura del psicópata y para distinguirlo de otras que se le parecen. Para explicarnos cómo actúan, por qué lo hacen y qué los motiva.
La exposición es clara y precisa, acompañada de una serie de cuadros que facilitan mucho la comprensión. No abusa de la vertiente morbosa del asunto ni se limita a enumerar a los psicópatas más famosos. La aparición de algunos de ellos le sirven para ilustrar las hipótesis que plantea o como ejemplos de las cuestiones que surgen. El resultado es una obra bien documentada, muy amena y sumamente interesante.