Revista Cine
Director: Rainer Werner Fassbinder
Bien, damas y caballeros, hoy por fin comienza algo que estaba esperando desde hace mucho, mucho tiempo, prácticamente desde el recomienzo de este blog: ver y comentar la filmografía del gran Rainer Werner Fassbinder, uno de los mejores directores que el cine ha visto jamás en toda su historia, algo que no tengo miedo en decir (considerando que suelo tomarme con cautela ese tipo de declaraciones, todavía faltando tanto cine por ver de mi parte). No por nada el hombre es la imagen que encabeza este aislado rincón de la surface web, y a estas alturas ya me daba un poco de vergüenza no haber comentado nada suyo ni haber visto más de ocho de sus filmes, que es la nada misma si consideramos que su filmografía consta de 43 obras distribuidas en cortos, miniseries, telefilmes y cine (y no olvidemos que también tuvo una importante obra teatral como dramaturgo, director y actor). Damos inicio, entonces, a esta retrospectiva de la mano de los dos cortometrajes disponibles que Fassbinder hizo antes de su opera prima ("Liebe ist kälter als der tod"): ahora se viene "Der stadtstreicher" y en un rato más "Das kleine chaos", dos breves y fascinantes piezas de no más de diez minutos en las que Fassbinder pone de manifiesto de inmediato, y sin ningún tipo de complejos ni miedos, los que serán sus intereses e incontestables talentos cinematográficos. Vamos con los inicios de un puto genio...
Un vagabundo que camina de allá para acá y viceversa, sin nada más que una malgastada maleta y la ropa que lleva puesta, en uno de sus interminables trayectos encuentra una pistola tirada en el suelo. No parece que tenga dueño, así que el hombre se la queda y comienza a fantasear sobre qué hacer con ella. En tan sólo diez minutos Fassbinder desarrolla y ejecuta, con apabullante personalidad y seguridad, numerosas ideas que tienen que ver tanto con un discurso y/o cosmovisión socio-política como con una declaración de intenciones cinematográficas: coherencia pura pura.
Sobre lo primero: el director alemán, mediante un sutil pero de todas formas agresivo humor negro, expone el absurdo social de una ciudad y de una sociedad en la que sus habitantes viven sus peculiares e igualmente absurdas tragedias personales (como la de este vagabundo que no puede suicidarse por más que lo intente), que por lo demás contribuyen a la abstracción e individualización social y, por tanto, al desprecio mutuo y la violencia, simbólica o no simbólica: ¿una justa condena? Ciertamente, la tragedia definitiva.
Sobre lo segundo: junto a una sensibilidad estética que Fassbinder irá desarrollando a lo largo y ancho de su insigne filmografía, el joven director construye una puesta en escena de una mordacidad estética y narrativa alucinante, expresando con tremebunda contundencia su aguda e irónica mirada, justamente la actitud que se necesita para desnudar los fallos de una sociedad con la que Fassbinder siempre estuvo en conflicto. Pura y admirable autenticidad. La escena en que dos hombres le quitan la pistola al vagabundo mientras "juegan" con él al tontito (lanzarse el objeto el uno al otro mientras un tercero, usualmente el dueño del objeto, intenta alcanzarlo infructuosamente en el aire) como si se tratara de una cosa relativamente inocente (¿qué tan inocente puede ser burlarse de alguien?) mientras suena una "tristona" música de fondo es elocuente a más no poder y es la fiel muestra de que Fassbinder no se andaba con medias tintas: ¿importa que parezca una ridiculez, importa que semejante crítica se despoje de toda seriedad? O lo haces o no lo haces: la mirada y la palabra satírica no pueden quedar incompletas ni mucho menos contradecirse.
"Der stadtstreicher" está en youtube, aunque no sé si tiene subtítulos en español o en otro idioma que dominen. También la pueden encontrar en la Filmoteca Hawkmenblues, que sí tiene los subtítulos... En cualquier caso, les recomiendo que no dejen pasar este sensacional cortometraje de un verdadero genio que, tal como su obra, ni dio su brazo (su estilo) a torcer ni dejó que un elemento externo acallara su voz ni menos permitió que nada lo detuviera al momento de hacer arte... sólo él mismo, el único capaz de hacer tal cosa, el que convirtió su vida en su arte (¿o al revés?).