Madrid, comunidad y capital, con un total de 6,5 millones de ciudadanos, están regidos ahora por tres mujeres del Partido Popular: Esperanza Aguirre, presidenta, Ana Botella, alcaldesa, y Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno.
La leyenda le atribuye a las mujeres de derechas, de “la derechona”, un carácter beatón y más conservador que el de sus hombres cercanos.
Por esa razón gran parte de la izquierda de la II República rechazaba que votaran porque iban a hacerlo por los curas.
Clara Campoamor, del Partido Radical, con apoyo de la derecha, parte de la izquierda y frente a la oposición de la principal diputada socialista, Victoria Kent, logró el sufragio de las mujeres.
De Esperanza Aguirre ya se sabía que era una mala cabeza por presumir tanto de su tío, el poeta catalán Jaime Gil de Biedma, homosexual fallecido de sida en 1990. Quizás por eso los gais de Chueca la votan mayoritariamente.
Ahora, el autor de una web muy católica ha sacado a la luz que la sanidad madrileña opera a transexuales, un gran pecado, aunque no señala que sólo lo hace con personas que, de acuerdo con numerosas pruebas científicas, realmente tienen cuerpo de un sexo diferente al legal, lo que es como una gravísima enfermedad.
Cifuentes, la nueva delegada del Gobierno, ve obsoleta la monarquía, aunque la actual le guste, y apoya que se aplique el término del matrimonio al enlace gay, al que se opone su partido.
Y lo peor: Ana Botella, la alcaldesa, no ha ordenado retirar la fotografía de un actor desnudo con una estampa del Cristo de Velázquez sobre sus genitales, expuesta en el Teatro Español, de propiedad municipal.
Numerosas webs católicas denuncian a la mujer de Aznar como blasfema.
Réproba derechona, ¡Vade retro Satana!
------
SALAS

