Foto: “Sabemos otros idiomas, pero de lenguas, solo usamos la tuya“
Seguramente ya sabes que no me gusta la política, ni hablo de ella! Creo sinceramente en los valores de la persona y en su responsabilidad ante la vida y lo que pasa en ella! Pero también soy consciente de que vivimos en un mundo en que tenemos archivadores para cada cosa y que gusta de poner etiquetas, pues racionalizar y categorizar las cosas nos ayuda a tener la sensación de control y, a la vez, a sentirnos seguros… aunque algún día aprenderemos que la vida es imprevisible, irrepetible y, por definición, provocadora pues rompe continuamente nuestros planes y esquemas, haciéndonos vivir todo aquello que necesitamos y en el momento en que estamos preparados para vivirlo, ni antes ni después…
Por eso no voy a hablar aquí y ahora de política, sino de derechos y obligaciones del ciudadano y, a la vez, contribuyente! Hoy es la Diada de Catalunya, en el que están previstas movilizaciones populares y multitudinarias para reclamar el derecho a decidir el camino hacia la independencia de España! En la madurez (personal, social, como pueblo, etc.) cada persona tiene derecho a decidir qué quiere o no para su vida! Porque la soberanía personal y/o de un pueblo (ya sea Québec, Escocia, Irlanda, etc.) no puede ser algo discutible, ni cuestionable, ni nadie debería tener el derecho a concedértela o a negártela! Es un derecho inapelable del ciudadano, de cada persona…
¿Por qué tanto miedo a la independencia, a la autodeterminación de un pueblo, que lo decide por sí mismo y haciendo uso de su derecho democrático? ¿Simple resistencia al cambio? ¿Miedo a perder la identidad propia o artificial? ¿O intereses opacos para cambiar o no las cosas que ya no funcionan? Ya sean vascos, catalanes, andaluces o extremeños… tenemos derecho a decidir lo que queremos y a revindicar nuestra soberanía! Otro tema es la viabilidad o no de un sistema cada día más globalizado, donde las partes se confunden con el Todo, reina la mediocridad y hacen un mundo plano, inhumano y monótono! O la conveniencia o no de cada parte a tomar su propio camino! O la capacidad o no de un pueblo por sí mismo a gestionarse honestamente… e incluso a equivocarse en el intento! Porque lo contrario es supeditar el interés de cada parte al interés común de una entelequia intelectual y un botín de guerra llamada España, formada desde sus inicios sin un origen común y sin unos intereses homogéneos, identitarios y colectivos! En todo caso, España está condenada o no a entenderse, a respetarse y a aceptar la renuncia a formar parte de ella!
Ni que decir tiene que ese derecho libre e inapelable se debe revindicar en las urnas, pues estamos en una democracia -aunque algunos tengamos serias dudas de ello- y algunos cuestionemos la buena fe y capacidad de nuestros políticos para dejarla crecer y mejorar! La crisis actual está evidenciando nuestra incapacidad de salir adelante por el mismo camino y la honestidad de nuestros representantes, más preocupados por ostentar el cargo que por defender y dar servicio a sus ciudadanos! Está claro que estamos ante un Sistema caduco, inhumano y corrupto, a partes iguales. Está también claro que, ante tal evidencia, algunos cuestionen la conveniencia de seguir en el mismo camino… hacia el precipicio? Como se suele decir “quien paga, manda” y qué mejor ocasión que ésta para cuestionarnos por qué seguir pagando por lo mismo…
La pretendida unidad, la solidaridad, el “café para todos“, etc. no son más que argumentos que han quedado inservibles ante el caos que ahora vivimos! Son argumentos de políticos, nada más… pero que, demasiadas veces, niegan la identidad propia de cada puebo y cada persona… y el derecho a crear su propio camino! En cualquier caso, que sean las urnas las que lo decidan! Nadie puede decidir por mí lo que quiero o no para mi vida, ni nadie puede obligarme a formar parte de una familia, pareja, pueblo, ideología o comunidad de intereses diversos como es España, aunque apelen a una Constitución que fue redactada en un momento histórico con el único objetivo de salir sin violencia de una dictadura y emprender una nueva singladura hacia la democracia! Sobre todo cuando esa misma Constitución -tan incuestionable e inamovilble- se modifica cuando hay otros intereses ocultos…
Lo peor de todo es que estamos perdiendo la fe en la Democracia! O, más que en ella, en los que la gestionan, gracias a nuestros votos muchas veces indiferentes, algo irresponsables y/o ignorantes! Y eso hace que muchos no nos sintamos representados -e incluso ninguneados-, como los jóvenes en el 15M, los parados, las clases medias, los diferentes pueblos y otras minorías, ni las personas sensatas… que se sienten atacados en sus respectivos principios, ideas, culturas, idiomas y en todo lo que les hacen ser y vivir como son! Como en la vida misma, lo primero es reconocer el problema, lo segundo asumir la parte de responsabilidad que haya en ello, cuestionarse -sin tregua alguna- lo existente y tomar decisiones para subsanar el entuerto, si aún es posible! Y eso, en una democracia, se hace en las urnas, gracias a la libertad de expresión, la paz y el diálogo, además de la capacidad y el derecho personal e intransferible de cada ser humano individual, responsable y soberano, sin que nadie decida por él, ni en su nombre!
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