La Liga por la Libertad de Vacunación de Cataluña, cuyos miembros se niegan a vacunar a sus hijos, dice ejercer así su “derecho a decidir” pese a que el niño gravemente enfermo de sarampión por no estar vacunado contagió a otros ocho niños vacunados que, aunque no sufrren la enfermedad, la transmiten a los no inmunizados.
Hay áreas en Cataluña donde el veinte por ciento de los padres rechaza las vacunas, lo que provoca el peligro de que aparezcan gravísimas y onerosas epidemias.
El virus del separatismo que exige el “derecho a decidir” ha contagiado el lenguaje de parte de la sociedad, que reclama también que ejercer ese derecho con cualquier deseo, como no vacunar sus niños.
Quieren su independencia, aunque provoquen homicidios por contagio. Aunque propaguen enfermedades mortales a los más indefensos, por ejemplo los niños inmigrantes que no fueron vacunados, al contrario que la gran mayoría de los españoles.
Niños que pueden sufrir, además de sarampión, hepatitis B, difteria, tétanos, tosferina, haemophilus influenzae (una de las causas de la meningitis), polio, meningococo, neumococo, rubéola, parotiditis y varicela, contra los que los niños españoles se inmunizan gratuitamente si sus padres obedecen a los médicos.
La gente de “vacunas, no” está generalmente ligada a los anticapitalistas y antisistema, a las falanges falsamente progresistas de las “medicinas alternativas”, las paraciencias indígenas-indigenistas, el karma, la pachamama, los ensalmos santificados de las místicas monjas independentistas Forcades y Caram, las flores espirituales y las piedras sanadoras.
Obsérvelos: los independentistas están trufados de paraciencias, videntes, brujas y monjas. Su independentismo=magia de los deseos.
Piden su “derecho a decidir”, aunque el sentido común quiera vacunaciones generalizadas.
“Derecho a decidir” para mentes vacuas, vacunas y vacunos, para independentistas e independentistos, y para prédicas de Mas o Menos.
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