Revista Opinión

Derechos de los animales (11)

Publicado el 24 junio 2011 por Hugo
La verdadera prueba de la moralidad de la humanidad, la más profunda, tal que escapa a nuestra percepción, radica en su relación con aquellos que están a su merced: los animales.
Milan Kundera.
Hace unos días se trató el interesante tema de los derechos animales en amazings. Como no estoy de acuerdo con el punto de vista sugerido por el autor (el biólogo Juan Ignacio Pérez), voy a intentar rebatirlo. Desgraciadamente, el tiempo es un bien escaso, así que me detendré únicamente en el argumento más relevante -a mi juicio- utilizado por el autor. Asimismo, me ayudaré de otros textos para darle mayor profundidad al post. La verdad o la calidad de mi argumentación no están garantizadas. La reflexión sí está garantizada. Abrochaos el cinturón y cruzad los dedos. Vamos sin frenos :-)
Los animales no pueden ser objeto de derechos porque no son agentes activos en el mundo jurídico.
Juan Ignacio Pérez (Uhandrea).
El contractualismo, postura moral y teoría ética que, entre otras cosas, rechaza la posibilidad de que los animales no humanos tengan derechos, es defectuoso por al menos una razón. Si decimos que un ratón no tiene derechos porque no puede exigirlos/entenderlos o porque no es un agente activo en el "mundo jurídico", entonces una niña pequeña tampoco los tiene.
La crítica al contractualismo tiene como principal punto la problemática de que, de acuerdo con él, algunos seres humanos estarían imposibilitados de tener derechos, pues no serían aptos al contrato por razones de incapacidad de expresión o de comunicación.
Valéria Barbosa (pág. 220).
Así pues tenemos dos opciones. Podemos terminar rápido y concluir que, por lo que respecta a los derechos animales, el contractualismo es una mala teoría. Muchos filósofos así lo creen. También podemos negar lo anterior y concluir que la teoría podría salir adelante si se le diese el rumbo adecuado. A veces la mejor manera de criticar una teoría es mejorándola.
Veamos. No es verdad que los animales no humanos no exijan sus derechos, no los entiendan, no expresen sus intereses o no se comuniquen con nosotros. Lo hacen continuamente. Es decir, no es verdad que no haya o no pueda haber "contratos" entre especies. Es verdad que los animales no son "agentes activos en el mundo jurídico" actual, pero ello es así, entre otras razones, porque el positivismo legal es la corriente filosófica dominante en filosofía del derecho. Una corriente miope y conservadora, en mi opinión. Alérgica a la ética y a la ciencia.
De la gallina, por ejemplo, sabemos desde hace relativamente poco que también tiene empatía, que sufre y que disfruta. Sabemos ya con un alto grado de probabilidad qué quiere y qué no quiere. No es necesario que nos lo diga en verso, ni que dé discursos a lo Martin Luther King, ni que emplee ninguna de las demás cualidades que solo podemos emplear los humanos. Basta con que emplee aquellas cualidades que SÍ compartimos. En ese sentido, su mirada es su habla, su comportamiento es su alegato y el estudio de su mente es la llave que nos abre la puerta de su pequeño e interesante mundo.
Tampoco es verdad que solo los seres humanos seamos capaces de respetar los "pactos" debido a que somos los únicos seres capaces de ponernos en el lugar de otro ser vivo (empatía). Ambas cosas no son ciertas. Para muestra, otro botón.
Profundizando: el acuerdo tácito de colaboración y no agresión que hay entre mi perro y yo no difiere demasiado ni en esencia del acuerdo que pueda haber entre dos humanos. Es cierto, sin embargo, que muchos animales parecen no tener empatía: no pueden concebirme como un ser con voluntad de vivir mientras que yo a ellos sí. Pero ¿justifica eso que se les discrimine y se niegue, de paso, que exista o pueda existir cualquier tipo de entendimiento o relación simbiótica entre clases de animales tan dispares cognitivamente como las garrapatas y los mamíferos
?
Ningún animal parece capaz de conceptualizar normas generales convenidas socialmente. Así pues ningún animal podría ser considerado agente racional, en el sentido que nos permitiría otorgarles derechos directos según el contractualismo.
Peter Carruthers.
Depende de 1) qué entendamos por "conceptualizar" y de 2) qué "normas generales" estemos hablando. 1) No me parece descabellado afirmar que los animales, al menos la mayoría de ellos, también hacen uso gradual de algo similar o idéntico a lo que nosotros hemos venido en llamar "conceptos". 2) Las normas sociales básicas como la regla de oro no son un producto exclusivamente humano. Otros animales también las comprenden y generalmente viven de acuerdo a esas reglas.
¿Hasta dónde llegan las fronteras? ¿Cuándo podemos hablar de discriminación? O sea, ¿cuán diferente puede ser el Otro, para que entre en la cuenta de los que tienen derecho a votar? (...) Si la democracia es la aceptación lo más incondicional posible (y hasta imposible) del (derecho del) otro, cuanto más otro sea el otro al que aceptemos, más demócratas seremos. ¿Por qué no incluir a los niños, a los locos, a los otros animales...?
Juan Antonio.
¿Pueden los animales no humanos formar parte del gobierno? Je, je... ¿Por qué no? La objeción que yo mismo me hacía era que no es posible razonar y mantener relaciones de reciprocidad con otros animales
(ej. yo te doy esto si tú me das aquello, o yo no te quito esto si tú no me quitas aquello), fundamento esencial para una posible "democracia" entre especies. ¿Es cierto eso? Desde luego que no. Hay mucha evidencia al respecto que lo desmiente. Quizá esta sea una de las más curiosas. Como podemos apreciar en ese vídeo, el raciocinio o pensamiento no solo se demuestra mediante el habla.
Es cierto que no podemos mandarnos cartas con los peces; tampoco con los pájaros, ¡ni siquiera con los animales domésticos, je...! También es cierto que a las lagartijas les importa un bledo si tengo un blog o me muero mañana. Pero nada de lo anterior nos impide reconocer sus deseos y advertir sus intenciones, del mismo modo que a nadie le cuesta trabajo reconocer los deseos de los bebés o de los ancianos que ya no pueden expresarse mediante el habla o la escritura. Es más, lo anterior únicamente demuestra que determinadas habilidades no son universales. Pero ¿qué hay de las que sí lo son? En ética debemos hacer hincapié en lo que nos une, no en lo que nos separa.
Todos somos genios. Pero si juzgas a un pez por su capacidad de escalar árboles, vivirá toda su vida creyendo que es inútil.
Albert Einstein.
Para entender mejor lo que digo tal vez sea necesario redefinir la palabra 'todos' y la palabra 'pueblo'. Definida como hasta ahora, la palabra 'democracia' es demasiado excluyente. El antropocentrismo, junto con el especismo, es un tipo de chovinismo.
Si la ética del «especismo», para utilizar el término empleado por Richard Ryder, puede ser planteada con una base tan lógica, tan acertada, como aquella referente al «racismo», no lo sé. Lo que sí sé es que no posee una base adecuada en la biología evolutiva.
Richard Dawkins.
El exceso de soberbia y la falta de imaginación nos hacen creer que los animales no humanos no se comunican con nosotros y viceversa. Los toros también luchan por sus derechos, pero a su manera, no necesariamente a la nuestra. Estoy convencido de que cuanto más sepamos de la mente de otros animales, más rápidamente nos daremos cuenta de que no hay ningún 'ellos', sino algo así como un 'nosotros'. Solo entonces podremos empezar a hablar de una biocracia o gobierno de la vida por la vida y para la vida.
Ser uno con todo, ésa es la vida de la divinidad, ése es el cielo del hombre. Ser uno con todo lo viviente, volver, en un feliz olvido de sí mismo, al todo de la naturaleza, ésta es la cima de los pensamientos y alegrías, ésta es la sagrada cumbre de la montaña, el lugar del reposo eterno donde el mediodía pierde su calor sofocante y el trueno su voz, y el hirviente mar se asemeja a los trigales ondulantes. ¡Ser uno con todo lo viviente!
Friedrich Hölderlin.

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