Esto va tomando forma. El jueves y viernes próximos (8 y 9 de abril) tendrá lugar en Tenerife la I Conferencia sobre Derechos Humanos de las personas LGBT en África. Se hablará de temas como la marginación e invisibilidad que sufren los homosexuales en la mayoría de los países africanos y de las penas de prisión a las que se enfrentan pero también de las agrupaciones y asociaciones que trabajan activamente para mejorar esta situación y de las grandes excepciones, como Cabo Verde, donde no sólo la homosexualidad es legal sino que existe un Instituto para la Igualdad.
Será un foro abierto, en el que varios activistas contarán su día a día en sus países de origen -Kenya, Camerún, Senegal y Uganda- para exponer los problemas y buscar soluciones. Porque lo importante de las soluciones es que sean endógenas, no impuestas desde fuera.
También participarán expertos nacionales y se hablará, por supuesto, de Sida y maltrato, de la influencia colonial en el rechazo a la homosexualidad, y de la cooperación internacional que se está llevando a cabo -muy poca, hasta el momento- en el continente.
Personalmente, creo que estos dos temas pueden ser los más interesantes. El primero, porque creo que es un asunto poco estudiado y del que no sabemos casi nada. ¿Realmente la cultura europea influenció el rechazo a la homosexualidad o ésta existía ya desde antes? Ni la más remota idea.
La segunda, porque puede resultar polémica, aunque sea necesario. ¿Es necesario que la cooperación al desarrollo cubra asuntos como éste existiendo problemas estructurales de subdesarrollo? En mi opinión sí. En primer lugar, porque se trata de Derechos Humanos. En segundo, porque en muchos países africanos no falta comida, lo que falta es futuro, porvenir, trabajo, libertad... Y tercero, porque el trabajo con homosexuales, bisexuales o transexuales permitirá seguro la prevención de multitud de enfermedades, entre ellas el SIDA.