La dermatitis atópica, también conocida como eccema, es un padecimiento que origina que la piel se seque, pique y se inflame. Suele surgir de manera habitual en los niños pequeños, aunque puede manifestarse en personas de cualquier edad.
Esta enfermedad se considera como crónica y suele agravarse de manera periódica, causando irritación sin ser contagiosa. Además las personas con esta problemática pueden padecer de alergias alimentarias, rinitis alérgica y asma.
Con la finalidad de reducir la picazón y evitar nuevos brotes, es recomendable humectarse habitualmente y conservar algunos hábitos de cuidado de la piel. Por lo que sueles ser aconsejable el uso de ungüentos o cremas medicinales
Causas de la dermatitis atópica
Esta afección se origina por una reacción en la piel que causa picazón, hinchazón y enrojecimiento continuo. Además genera una mayor sensibilidad como resultado de la ausencia de proteínas específicas de la piel que conservan la barrera protectora contra el agua.
Es común que surja en bebés, pudiendo iniciar su aparición a la edad de 2 a 6 meses. Es habitual que las personas que lo sufren lo puedan superar con el tiempo al iniciar la vida adulta.
Síntomas de la dermatitis atópica
Las personas que sufren de esta afección suelen tener episodios de asma o alergias estacionales, así como antecedentes familiares de afecciones alérgicas como asma, rinitis alérgica o eccema.
Puede dar positivo en pruebas cutáneas para alergias. Esta dermatitis no es originada por alergias existen algunos factores pueden aumentar los síntomas de la dermatitis atópica como por ejemplo las alergias al polen, el moho, los ácaros del polvo o los animales.
Además, puede verse empeorado por la aparición de resfriados, gripe y el aire seco en el invierno, así como el contacto con materiales irritantes, químicos o ásperos como la lana.
Puede aparecer cuando la piel se encuentra reseca y suele empeorar por tomar baños o duchas habituales o nadar con mucha frecuencia, con el estrés emocional, las temperaturas extremas y los cambios súbitos de temperatura.
Tratamiento para la dermatitis atópica
El tratamiento principal para la dermatitis atópica es el empleo de pomadas, cremas o soluciones hidratantes y emolientes que favorecen la conservación de una hidratación óptima de la piel.
Si se encuentra en una fase aguda se podrán recetar corticoesteroides por vía tópica u oral. En ese caso debe ser administrado bajo supervisión médica ya que existen incidentes de dermatitis atópica que no responden bien a los tratamientos habituales.
En estos casos se pide la ayuda del entorno familiar, ya que estos pacientes pueden presentar afectación psicológica cuando la enfermedad causa un trastorno estético, sobre todo en las mujeres.
Prevención
Entre las medidas generales de prevención se encuentra vestir con ropa amplia, de preferencia elaborada con algodón o hilo. También es recomendable en niños que deben conservar las uñas bien cortas y limpias, con la finalidad de prevenir el rascado y la aparición de infecciones en la piel. Además de no exponerse a temperaturas extremas, ni realizarse baños o duchas de manera repetida, evitando el empleo de detergentes, por lo que se recomienda el uso de jabones neutros o baños coloidales de avena y aceites dermatológicos.