Derriere Moi (Raphael Ouellet)

Presentación realizada por Alan Pauls el 21 de abril de 2010 en el cicloNuevo cine canadiense en Primer Plano I.Sat.

Transcripción del siguiente enlace audiovisual: https://vimeo.com/10905517

Miembro de la nueva ola de cineastas de Quebec que viene renovando el cine canadiense, Raphael Ouellet es un especialista en radiografiar la intimidad entre mujeres. Su primera película  Le cèdre penché era el retrato en clave musical de dos hermanas que volvían a la casa familiar luego de la muerte de la madre. La segundaDerriere Moi es la historia de Betty y de Lea,  una relación tan intensa como aquella pero mucho más equivoca y perturbadora.Cuando se conocen Betty y Lea son el agua y el aceite. Betty tiene 23 años, es morocha, libre, desenvuelta, viene de despedirse de un hombre y de una vida, tiene lo que se dice mundo.  Lea, en cambio, es rubia, inocente, problemática, tiene apenas 14 y casi no ha salido de una órbita familiar que ya empieza a sofocarla. Y sin embargo (aunque todo parece oponerlas) hay algo en esa asimetría que las acerca, como si una tuviera exactamente lo que le hace falta a la otra.Simpatía mutua, complicidad, libertad; dados los primeros pasos, la relación se profundiza y se complica, Betty es una especie de maestra, de figura iniciática; y Lea, una discípula perfecta (disponible, curiosa, audaz) que se embellece a medida que aprende.  ¿Qué hay, pues, entre Betty la experta y Lea la lolita?  ¿Protección? ¿Un madrinazgo espontáneo? ¿Una sociedad de solitarias? ¿Un siniestro experimento de manipulación? ¿Un caso de corrupción de menores? Parte de la fuerza de  Derriere Moi descansa en la firmeza con que su director, Raphael Ouellet, se niega a contestar esas preguntas y preserva hasta el final (hasta el último minuto de película) el enigma de esa intimidad.Betty y Lea son todo eso y mas, mucho mas; sólo que eso que son (eso que van siendo ante nuestros ojos a mediada que avanza la película) es sutil, silencioso y sólo se deja leer entre líneas; la otra parte descansa en el talento, la inteligencia y  la química de sus dos estupendas actrices protagónicas: Charlotte Legault y Carina Caputo.