Derrochando insulina: a propósito de un caso

La historia de las plumas de insulina es un claro ejemplo de la necesidad de escuchar, aprender e informarse antes de lanzar el dardo. Resulta que un estudiante de enfermería en prácticas decidió tuitear acerca del despilfarro que supone el uso individual de plumas de insulina precargadas cuando la opción previa (usar el vial de la pluma para varios pacientes mediante jeringas) era mucho mejor y más eficiente.El hilo de twitter saltó a los medios (ahora no se puede leer en la red, por cierto) y en eldiario.es dedicaron una noticia amplia a explicar el problema, etiquetando la nueva práctica de "desperdicio". Sin embargo, aunque la explicación suene convincente, la evidencia es muy útil para aclarar las cosas.Tal y como explican en la web Stop Errores de Medicación en este artículo: "A pesar de ser una práctica subóptima por el desperdicio de insulina, actualmente el uso individual de plumas de insulina es la única alternativa válida desde el punto de vista de la seguridad del paciente". Por cierto, merece la pena leerlo atentamente ya que explican las diversas posibilidades de uso de insulina en hospitales, junto a sus ventajas y riesgos principalmente de cara a la seguridad del paciente. Un gran trabajo del equipo de @StopErroresMed.Además, la Sociedad Andaluza de Endocrinología, Diabetes y Nutrición ha emitido un informe sobre este problema aclarando la situación. Las conclusiones son idénticas: "La práctica de utilizar bolígrafos de insulina de uso individual en el entorno hospitalario forma parte de las medidas implantadas en los centros hospitalarios del SSPA con el propósito de favorecer la seguridad del paciente".¿Cuántas noticias del mundo sanitario contienen errores y nadie las corrige o elimina? ¿Por qué cuesta tanto en los medios publicar rectificaciones? Y sobre todo, la puesta en marcha de este tipo de cambios deben ir acompañados de formación, información y evidencia científica. La mejor forma de evitar los bulos es explicando las cosas, así de sencillo.