En una época de crisis como la que vivimos, el ahorro es fundamental. Recortar en conceptos básicos, mejora y estabiliza nuestra economía. Como por ejemplo sustituir en nuestra cesta de la compra productos de primeras marcas por sus genéricos o también conocidos como marcas blancas. Comprar la ropa en época de rebajas también ayuda a reducir nuestros gastos. Pero, y en cuanto al ahorro energético, ¿qué es lo que hacen ustedes para consumir menos electricidad y disminuir así su factura de la luz?
Muchos, aprovecharon en su día la bombilla de bajo consumo que el Ministerio de Industria regaló a todos y cada uno de los españoles. Gracias a esta iniciativa, el ahorro energético en el país fue tal, que casi tienen que cerrar las compañías eléctricas. Muchos ciudadanos, al carecer de información por parte del gobierno estatal, pensaron que esta bombilla sustituía a todas las demás y debían vivir con esa única luz. La mayoría de estos españoles se han quedado ciegos al disponer únicamente de luz en el salón. Yo sin embargo he sido más listo, cada vez que salgo de una habitación, me llevo la bombilla a la otra y no estoy ciego, lo único es que tengo los dedos carbonizados.
Pero para realizar un correcto ahorro energético quizá habría que pensar en desconectar todos los aparatos eléctricos que tenemos en casa. No se asusten, no les estoy diciendo que regresen a la Edad de Piedra y se abstengan de utilizar todos los ‘juguetitos’ que tanto nos ayudan en el día a día. Lo que les propongo es que cuando éstos no se estén utilizando, los desconecten. Porque aunque no estén encendidos, la posición de ‘standby’ o reposo en el que se encuentran, provoca que sigan consumiendo energía.
Diferentes estudios demuestran que la factura de la luz podría reducirse hasta en 50 euros al año sí estos aparatos estuvieran completamente desconectados. Porque no se creerán ustedes que esa lucecita roja del televisor o de la vitrocerámica que nos indica que está en ‘modo reposo’ vive del aire o se queda encendida porque nos tiene simpatía. No, lo está porque sigue aumentando nuestra factura. Por eso es necesario realizar cambios, como lo que ya he realizado yo en mi casa. ¿El más importante? Sacar un cable del cuadro eléctrico de mi vecino y consumir energía a su costa.
Pero si ustedes no son tan zafios como yo y desean ser un poco más legales, organicen cuales de estos aparatos son necesarios y cuáles no, no hagan como mi primo Carmelo Cotón, que harto de que sus facturas fueran increíblemente altas, desconectó el aparato eléctrico que más tiempo pasaba encendido, el de la máquina que le proporcionaba respiración asistida. Por eso piensen, valoren y actúen, porque para nuestro bolsillo no hay mejor ahorro que aquel que evite que se lo gasten algunos con mucho morro.
Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…