La palabra derviche viene a referirse, en su significado etimológigo, a aquellos sufíes que "buscan la puerta".
El Sufismo es una corriente espiritual cuyos orígenes se remontan a la antigua Persia, antes de la era cristiana, pero que acabaría integrándose en el Islam y que cuenta actualmente con unos 50 millones de adeptos cuyo fin es buscar a Dios a través del amor, mediante la unión y a través de la elevación del alma a unos niveles superiores de conciencia.
Además de esta faceta espiritual el sufismo ha dado lugar una rica cultura, en forma de música y poesía, que se ha desarrollado en diferentes ámbitos y países, estando especialmente presentes en Turquía y Pakistán.
La danza de los derviches no va de la mano del azar. Cada movimiento y cada gesto simbolizan alguna cosa. Los giros se suceden según determinadas reglas, en lugares y momentos precisos. La mano derecha se coloca extendida hacia lo alto con la palma mirando hacia el infinito, la mano izquierda se dirige hacia la tierra: de esta manera el bailarín se convierte en un mediador entre el cielo y la tierra, entre lo infinito y lo finito, y la persona se vacía para ser un canal de lo divino.Pero en resumen: una atracción turística para contemplar en fotografía, o desde un vídeo de Youtube que no sea demasiado largo, pero nunca, nunca para caer en la tentación de contemplar en vivo, por cuanto de aburrida y soporífera pudiera resultar y resulta.