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Desafío de los 30 días 2015: Pregunta 1

Publicado el 01 noviembre 2015 por Oligbert
Comienza noviembre, un mes cargado de eventos. El cumpleaños de Harry Dresden; el Carrusel Bloguero, del que soy anfitrión, mi propio cumpleaños y… ¡¡¡EL DESAFÍO DE LOS 30 DÍAS!!! En blog de Kano podéis ver de qué va. Además de eso, tengo un reto con Maese Gica Sabinescu de poner en todas las entradas del Desafío De Los 30 Días una señorita ligera de ropa/armadura y que además tenga relación con la entrada, nada de ponerlas de forma gratuita.¡Al turrón!
Pregunta 1: Este desafío va a tener una tendencia más marcada hacia el nivel creativo, y menos a tener un desarrollo puramente barbarolerístico (palabro que me acabo de inventar). Sin embargo, no nos podemos olvidar de nuestros orígenes, así que teniendo en cuenta únicamente tu experiencia en partidas medievales fantásticas… ¿qué partida, situación, momentazo, te hizo quedarte en plan “¡ostias!”, te descubrió el mundo, dijiste “¡Oh!”, flipaste con el giro argumental…

Desafío de los 30 días 2015: Pregunta 1

María Angustias después de haber recibido los
favores de Agaliaretph

Pues aprovechando el XXV aniversario de Aquelarre, la partida que mejor y con más cariño recuerdo es la de la Una noche en la posada de Alvar el Honesto. Como creo que ya he comentado muchas veces, mi infancia, preadolescencia y adolescencia las pasé en un camping de La Cabrera. Una noche de esas que llovía a mares nos quedamos en mi casa a jugar a Aquelarre. El dj, Fernando, el mismo que nos dirigía RoleMaster, sacó el manual básico y tiró de aventura. Como el objetivo de todo era un viaje para llegar hasta Tolosa durante el cual “pasaban cosas”, la posada vino de perlas. Si no la habéis jugado ya os digo que, para mí, de lo mejor que hay para Aquelarre. La partida comenzó un poco dubitativa, sin saber por dónde tirar. Estás en una posada, sí, y quieres dormir, no te vas a meter en los asuntos de los demás, ¿o sí? El caso es que todo terminó con la posada ardiendo, nosotros pegándonos con los brujos, con la Fraternitas Vera Lucis y las mandrágoras acechando la posada. Mi pj saltó por una ventana, con la santa fortuna de caer sobre un carro de paja, con el bebé en brazos justo a tiempo de dárselo a las mandrágoras que, además de retirarse educadamente, me dieron un fruto que ingerí, me puso el pelo verde (con las consecuencias que eso traería) y me permitió entender a las mandrágoras de ahí en adelante. Huelga decir que no volvieron a aparecer mandrágoras en el resto de partidas que jugamos.Esta sesión de juego fue la que hizo que me enamorase de Aquelarre. El ambiente fue cojonudo: velas, musiquita, la lluvia repiqueteando sobre el techo de la móvil home, el viento que se oía de vez en cuando… Ese fue el momento dije “este juego es la puta hostia”.

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