15. Un juego que compraste e, inesperadamente, te sorprendió para bien.
Me expongo a pocas sorpresas porque, salvo contadas excepciones, no suelo comprar juegos de los que no tenga alguna referencia directa, bien a través de personas cercanas cuya opinión y gustos considero cercanos a los míos o bien porque los haya probado como jugador previamente.
Puede que uno de los juegos que más me hayan sorprendido para bien en los últimos años fuera Dragon Age. Desde la primera noticia de su existencia tenía claro que era muy probable que lo acabase comprando. A pesar de ello, no tenía grandes expectativas. Pensaba que se trataba de un movimiento comercial de Bioware para tratar de sacarle un rendimiento económico adicional a la franquicia, algo que daría a luz un libro de juego visualmente estupendo pero con poco contenido aparte de la interesante ambientación de la saga.
Después de la primera aventura como jugador comencé a sospechar que igual me iba a equivocar. La sesión fue entretenida y apenas se notó que acababa de conocer el sistema. Un detalle que contribuyó a la buena sensación fue que, a pesar de llevar un mago, clase que suelo evitar en general por la complejidad habitual de las reglas de magia, estuve cómodo y no se me hizo nada pesado. Así que compré la caja del Set 1. Me encantó. Las reglas eran simples y funcionales, y los combates interesantes y divertidos. Así que más tarde cayó la Caja 2, y hubiera caído la tercera de no haber salido el básico unificado en inglés.
Quienes hayáis seguido el blog recordaréis que durante un par de años he estado muy metido con el juego. Actualmente tiene pocas probabilidades de regresar a mi mesa a corto plazo, pero no pierdo la esperanza de volver a picar a mis jugadores para continuar aquella cosa que ni era una campaña ni eran partidas sueltas del todo estilo sandbox que estuvimos jugando tiempo atrás. Como tarde, que pueda resurgir a rebufo de un nuevo título de la saga para consolas.