Y, como había anticipado, sigo con la trilogía Hex Hall para leerla del tirón. Hoy toca el libro intermedio así que no sé lo que voy a escribir de él. Sí que me gustaría empezar comentando la selección de los títulos de la versión española. El primero, Condena, éste, Desafío y el último, Embrujo parecen palabras elegidas al azar. Ni para el primero ni para éste tiene una relación con el contenido de la trama que no resulte cogida con pinzas y dudo que el tercero sea una excepción en este sentido.
A estas alturas, dudo que nadie tenga especial interés en mis reseñas y, con la de años que hace que se publicaron los libros, no voy a evitar caer en destripes del libro anterior. Procuraré no decir nada relevante de éste, eso sí. Así que aviso hecho. ArgumentoLa vida de Sophie Mercer se puso patas arriba después de llegar a Hex Hall. Para empezar, descubrió que su padre era el mismísimo Presidente del Concilio que rige las vidas de los Prodigium, lo que explicaba la animadversión de quienes habían sido internados ahí por él mismo. Luego, Archer, el chico del que se había enamorado, resultó ser un infiltrado de L'Occhio di Dio, una sección de la Iglesia llena de fanáticos cuyo fin es acabar con la existencia de los Prodigium. Pero sin duda, lo más devastador fue descubrir que no era una bruja oscura, algo de lo más normal dentro de este peculiar mundo de seres fantásticos, sino que en realidad sus poderes venían de tener sangre demoniaca. Su bisabuela, Alice, se convirtió en uno de estos peligrosos seres y su descendencia heredó parte de ese poder. Aunque Sophie sólo tenga un octavo de parte demoníaca, sus poderes superan con creces los de la mayoría de brujas y hechiceros.
Todo esto lo aprendió Sophie a las malas. Ella tuvo que mandar de vuelta al infierno a su bisabuela cuando el aquelarre de Elodie la sacó de allí matando a Holly en el proceso por accidente. La misma Elodie pagó con su vida esa decisión, le entregó con un último suspiro lo que le quedaba de magia a Sophie y ahora es un fantasma que vagará por toda la eternidad por Hex Hall.
Habiendo visto el poder y la locura de Alice, Sophie tomó la decisión de someterse a la extracción para que le sacasen sus poderes, aunque podría morir en el duro proceso. No obstante, su padre se presenta en Hex Hall al acabar el semestre. Le pide que le acompañe a Londres y así le dé tiempo a enseñarle cómo puede controlar sus poderes. Ella accede a cambio de que su mejor amiga, Jenna, la vampira, les acompañe. Por decisión de su padre, también se les unirá Cal, el joven y atractivo jardinero del reformatorio mágico que resulta ser su prometido y por el que Sophie había empezado a sentir algo, aunque no se acerca ni remotamente a lo que despertó Archer en ella. Precisamente, le han llegado rumores de que el traidor está en Londres, pero no tiene sentido que se encuentre cerca de la sede del Concilio que le quiere muerto ¿o sí?ReseñaSi el ritmo ágil del primero fue bastante intenso en su recta final con todo lo que sucedió en un libro de apenas 250 páginas, en éste, que sólo tiene una veintena más, la cosa sube de nivel. Resulta realmente sorprendente todo lo que mete la autora en tan pocas páginas. A diferencia de lo que se puede decir de muchos otros libros en que se agradecería un recorte, aquí es al revés, al libro le vendría bien tener unas cuantas más para poder tomarse las cosas con un pelín más de calma que nos permita asimilar todo lo que va sucediendo y reflexionar sobre los descubrimientos.Cabe destacar también que es un libro en que la autora se atreve a sacarnos de Hex Hall, el fascinante reformatorio para Prodigiums adolescentes que habían usado mal sus poderes. Seguro que todavía habría mucho que descubrir y aprovechar, pero pronto Sophie deja el centro y nos trasladamos a una especie de Downton Abbey encantado. Esto supone un elenco de personajes secundarios completamente nuevo así como nuevos y oscuros misterios que intentar resolver y peligros mortales que enfrentar. Desde luego, si el anterior había tenido un carácter introductorio bastante marcado, incluso con todos los hechos que se dieron, aquí tenemos un nudo de lo más embrollado con todo lo que sucede capítulo a capítulo. Es imposible aburrirse, eso seguro.Sophie sigue siendo una gran protagonista. A pesar de los golpes, mantiene su sarcasmo y su chispa, se vuelve más valiente pero también, más responsable. Diría que está teniendo una evolución realmente buena. Sigue pecando un poco de caer en el papel de "chica especial" que no puede faltar en este tipo de historias, pero mantiene su humanidad, con sus virtudes y defectos. Y como todo sucede tan rápido, no hay tiempo de dejarla rebozándose en su angustia o sus dudas, lo que se agradece.La parte romántica fuerza ahora un triángulo amoroso de poco recorrido, que es lo que más chirría del libro. Cal ya había aparecido en el anterior y despertó mi interés, no lo voy a negar, pero lo de ponerlo de prometido ha sido un poco demasiado. No obstante, quizás sea por esto o quizás por la parte del amor prohibido con Archer, un traidor a su propia especie, pero aquí ha conseguido tocarme más el corazoncito esta rama de la historia, que en el anterior me dejó muy fría.La única pega que se le puede poner es que el final de este libro es tremendamente abrupto. Resulta desconcertante el momento en que la autora decidió cortar con vistas a seguir en el siguiente y último. Menos mal que lo tengo en la estantería porque en su momento, quienes tuvieron que esperar a la salida del desenlace de la trilogía, seguro que no estuvieron muy felices de semejante final. En definitiva, Desafío es un libro de lo más adictivo e intenso. Demasiado breve para mi gusto con todo lo que sucede, pero esto no desmerece su lectura. El elenco de personajes es fascinante, se basa en elementos clichés para dar una historia con mucha garra y bien construida e incluso gana en puntos de emoción. Sólo me queda esperar que el desenlace esté a la altura de lo que ha construido la autora.