Revista Opinión
El momento es complejo. Y no está claro cómo salir de él. Nada claro. Autoridades públicas que desafían al Estado. Que lo desafían con arrogancia. Pese a que el resultado ha sido, en el fondo, un fracaso también para ellos: un país que reclama la independencia no la apoya con un 30%. Aunque entiendo que tampoco eso les preocupe: para un nacionalista, la existencia de una nación y sus derechos no están sometidos a los votos. Ya volverán. Ya ganarán.
Como decía Juaristi ayer en ABC, quizá el problema de fondo es que no hay ninguna comunidad que contraponer a la nacionalista, ni en Cataluña ni en el País Vasco. Quizá los complejos de la transición sean definitivos y ya sea tarde para articular una respuesta cívica y social al independentismo. Lo único que tienen enfrente es una masa poco estructurada que calla y otorga. Y eso es un problema, porque esta es una lucha, como todas, por la hegemonía cultural. Y mientras cada día que pasa lo cool y lo políticamente correcto sea la independencia, estarán cada día un poco más cerca de su objetivo...
PS: por cierto y como ejercicio. Compare el apoyo al carlismo catalán con las zonas en las que más porcentaje de participación hubo en la dizque consulta. Es lo de siempre: el campo contra la ciudad... Llevamos así desde el Neolítico...