Primero, antes que nada, pedir disculpas a todos los lectores por este mes largo de ausencia y sin escribir entradas, por razones personales y profesionales no he tenido el tiempo suficiente para dedicar a este espacio pero, a partir de ahora, intentaré ser constante.
El tema que quiero tratar hoy me tiene un poco preocupado ya que, día a día, llevo escuchando historias reales sobre un gran drama que trae esta crisis que vivimos y son los desahucios pero la cosa no queda ahí, ya que aunque el asunto ya de por sí es grave, se agrava aún más con el crecimiento de casos de suicidios a causa de todo esto. El último caso lo he leído esta mañana, ha sucedido en Barakaldo (Vizcaya) y, por cercanía, me ha llegado. Se trata del suicidio de la mujer de un ex concejal de esta localidad vasca que, a día de hoy, recibía la notificación de tener que abandonar su casa dejando todos sus enseres y toda su vida en ella ¿cómo puede estar permitido esto? me parece vergonzoso.
Un país lleno de ladrones y farsantes, empezando por el propio Gobierno y siguiendo por los bancos y que sean ellos mismos los que dejen en la calle a personas inocentes, gente de a pie y trabajadora que les cuesta más de un riñon ganarse unos durillos para llevarse un trozo de pan a la boca y que, de la noche a la mañana, les manden a la calle, ¿dónde está el cumplimiento del artículo 47 de la Constitución de este país? el cual dice que
“Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación.”
Lo dicho, me parece una auténtica vergüenza todo esto y me conmueve escuchar y leer, día tras día, como un ciudadano de este país se quita la vida al ser desahuciado y preferir la muerte antes que quedarse en la calle es algo muy grave y que da que pensar mucho. Por suerte, desde la plataforma STOP Desahucios se hacen acciones contra esto, pero pienso que deberíamos tomar parte toda la ciudadanía y, como siempre he dicho, no dejarnos ningunear por nadie, pisar con paso firme allá por donde pasemos y lo que es nuestro es nuestro, que nadie nos lo toque y menos miserables ladrones como los que tenemos en este país. Con todo esto, doy mi pésame a todas esas familias rotas y todo el ánimo que pueda existir y espero que todo esto vaya remitiendo, por favor, porque los derechos de la ciudadanía están para cumplirlos y respetarlos y no tirarlos a la basura como si una bola de papel se tratase.