A veces el ingenio humano y la creatividad es el punto diferencial para tener un éxito en un mundo tan desigual. He aquí un ejemplo, donde una abuela y su nieto desalan agua del mar con la ayuda de una piedra, un plástico y un barreño. Este sencillo sistema, consigue emular a las grandes desaladoras industriales, sin ser ineficiente energéticamente.
Este corto ganó el primer festival ecológico de microcortos La Luciérnaga Fundida de 2010 que organiza la UCAM (Universidad Católica San Antonio) junto con la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Murcia.
La abuela María y su nieto nos dan una lección de ecología práctica.