(Fuente: lavanguardia, extraída de imágenes de rtve)
Es conocido que se le diagnosticó un cáncer, del que estaría presuntamente curada. Pero todos los que han sufrido alguna vez esta cruel enfermedad, conviven con el continuo sobresalto de que pueda reaparecer o extenderse. Es sabido que las ambiciones políticas que nunca se ha preocupado de disimular en demasía no tienen cabida en el PP actual, y que ya no podía aspirar, en su carrera política, a ser más que Presidenta de la Comunidad de Madrid, por lo menos sin pegar un portazo en el PP e irse a otra formación política (algunos incluso especulan con su pronta reaparición de la mano del Mario Conde político). Y es sabido también que el verano trae consigo alteraciones en las rutinas de convivencia que provocan muchos divorcios en Septiembre, muchas decisiones de cambio en el estilo de vida. Podemos hacer un cóctel con todas esas razones, y posiblemente estaríamos cerca de los motivos auténticos por los que Esperanza Aguirre ha decidido eclipsarse de la escena política activa, en primera línea. No hace mucho, por cierto, todavía quería poner la primera piedra del proyecto Eurovegas (suponiendo, claro, que los miles de millones y los cientos de miles de puestos de trabajo sean algo más que el delirio senil de un ludófilo americano). Sus explicaciones durante la conferencia de prensa del lunes han dejado la puerta abierta a especulaciones diversas. Su imagen de buena gestora (a pesar de las toneladas de privatizaciones encubiertas, propias de la ideología neoliberal que persigue un estado del menor tamaño posible) y sus rápidas reacciones en construir cortafuegos ante los casos de corrupción que se hicieron públicos (Gürtel y demás), atrajo votos de electores no tradicionales del PP, que le llevaron a holgadas mayorías absolutas en la Asamblea de Madrid. Ahora deja al frente de la Comunidad a su delfín, Ignacio González, un personaje hasta ahora más bien gris, que ha crecido (políticamente) bajo sus faldas (un decir). Rajoy no es muy partidario, pero parece ser que ha preferido no abrir un nuevo frente bélico, con la que ya le está cayendo por todas partes. Sólo cabe desearle una larga vida, y que sea feliz en su nueva peripecia personal, familiar y profesional. Veremos si no reaparece, más pronto que tarde, en alguna otra trinchera que la motive con nuevos desafíos. * * * Este martes nos enteramos de que el dirigente histórico del Partido Comunista de España, Santiago Carrillo, murió como un pajarito, a sus 97 años, durante la siesta de la tarde, seguro que con un Ducados humeando cerca. Carrillo ha sido la mejor demostración de que la enfermedad es pura estadística. Como no podía ser de otra forma con un personaje de su talla política, Carrillo ha sido durante toda su vida un personaje controvertido. Más o menos todo el mundo reconoce su actitud positiva en la etapa posterior a la muerte del dictador Franco. Su disposición al sacrificio, o incluso a la renuncia, y su buena química con el que era a la sazón Presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, favorecieron que la Transición política fuera más fácil de lo que podría haber sido, o incluso que fuera posible. Es ya parte de la memoria común ese Sábado Santo de 1976, en que se produjo, con nocturnidad cierta, la legalización del PCE.(Fuente: estrelladigital)
Muchos siguen pensando que es un asesino antes que ninguna otra cosa, por su destacado papel como comisario comunista durante la Guerra Civil, y su decisiva participación en matanzas y hechos luctuosos, como los acaecidos en Paracuellos del Jarama. Personalmente, creo que lo que es injusto es la guerra en general, y las guerras civiles todavía más, y que, a pesar de todo, los asesinatos en esos tiempos tienen el atenuante de conflicto bélico. Es esa dialéctica perversa de los efectos secundarios y los daños colaterales, que tan difícil es de entender en tiempos de paz y libertad. Su prolongado exilio, relativamente dorado, por Francia, Moscú y otros lugares, también despierta las críticas de algunos de sus propios correligionarios, muchos condenados a exilios vergonzantes y forzosos, plagados de nostalgia y miseria. Y los famosos episodios de la peluca y los paseos clandestinos por el Madrid inmediatamente postfranquista, ya forman parte del anecdotario popular. En estas últimas décadas, sin embargo, ya viejo pero nunca senil, ha sido una voz informada y bastante preclara, desde mi punto de vista, de la historia reciente de España. Ha estado colaborando en tertulias de diverso signo hasta muy recientemente. Carrillo se ha llevado a la tumba, con seguridad, muchos secretos y algunos remordimientos. Y también algunas satisfacciones. Ya no quedan muchos con vida que participaran activamente en la Guerra Civil, de cuyo inicio se cumplieron ya los 75 años. Algunos, que nunca cejan de intentar encontrar alguna vis cómica a cualquier acontecimiento, han afirmado que el acceso al Infierno está bloqueado porque, en primera fila, Fraga y Carrillo están discutiendo y la cola no puede avanzar hasta que se pongan de acuerdo. Y va para largo. En solamente dos días, dos auténticos animales políticos (en el mejor sentido de la expresión) han hecho mutis por el foro. JMBA