El pasado 8 de Enero desaparecía de mi ciudad un chico de 17 años. Lo último que se supo de él ese día es que había salido de casa camino al instituto.
No quiero imaginar el torbellino de sentimientos que debió sentir su madre ese día. Supongo que empezaría con el enfado al ver que no llegaba a casa a su hora, para poco a poco ir dejando paso a la preocupación y acabar en un estado de desesperación total. Que se vaya acercando la noche y que tu hijo siga sin entrar por la puerta, debe ser una de las peores experiencias que una madre puede tener.
Se hizo la pertinente denuncia a los cuerpos de seguridad (aquí son los Mossos d’Esquadra) pero por la noche su hermano mayor decidió hacer un llamamiento en las redes sociales, concretamente en Facebook. Así me enteré yo. Por ver a uno de mis contactos que lo había compartido en su muro. Y así lo compartí yo en mi muro y en Twitter. Y como yo otra gente tiró de la red del pajarito. Y ya sabéis con qué rapidez corren allí las noticias.
Durante cinco días, la gente ayudó a difundir el cartel de búsqueda, la Asociación Nacional de Desparecidos se movilizó rápidamente, en Face los amigos y conocidos iban compartiendo y haciendo circular la foto. Tengo que decir que me impactó y maravilló la empatía de la gente. Ver cómo se movían, incluso muchos iban preguntando (gente que no conoces de nada y que mucha de ella ni siquiera nos estábamos siguiendo en TW), como compartían….. realmente por estas cosas es por lo que sigo creyendo en el ser humano.
Y llegó el lunes al mediodía y un periódico local anunciaba que ya se le había localizado. Pero la familia no confirmaba nada. Durante la tarde los medios locales tenían ya confirmación oficial de los Mossos d’Esquadra y se desactivaba la alerta. Gran noticia para la familia!! Todos respiraban tranquilos. Había aparecido sano y salvo.
Pero tras eso, llegó el por qué: este chico se había ido voluntariamente de su casa. Se había escapado. Simple y llanamente. Salió de su casa ese miércoles por la mañana con una cantidad importante de dinero en el bolsillo. Y se fue. No solo de la ciudad, sino del país. El viaje de regreso a casa lo emprendió en Italia (todos estos datos están sacados de la noticia que ha dado ya hoy la prensa local). Viajó a través de tres países hasta que el lunes por la mañana decidió llamar a la policía para poder volver a casa. Sus padres cogieron un avión y lo trajeron de vuelta el martes.
Y a raíz de saber esto han llegado las críticas. He visto más de un comentario diciendo que por una chiquillada no se puede movilizar de esta manera a las fuerzas del orden. Que no se puede hacer un llamamiento para algo así, que si los padres tendrían que pagar las costas de la búsqueda, que si las redes no se usan para caprichos de crío, etc…..
Mi opinión personal es que si tu hijo no es un niño problemático (que por lo que he leído no lo era) no se te ocurre pensar que se ha ido de casa. De buenas a primeras tu hijo no aparece y, estoy casi segura, de que piensas lo peor, que tu mente lo primero que dice es “le ha pasado algo”……. Así que yo creo que no hicieron nada malo. Para nada. Hicieron lo que muchos, creo, que haríamos (ojalá nadie tenga que pasar por ello).
Y si descubres que se ha escapado y es menor de edad, pues haces el mismo llamamiento. Porque, a lo mejor, si ve que le buscan decide recapacitar. Porque si está solo deambulando (como estaba este chico) le puede pasar cualquier cosa. O sea, que yo dejaría las críticas de lado y felicitaría a la gente por su implicación. El niño ha aparecido. Está sano y salvo. Ahora ya es problema de su familia solucionar los conflictos que puedan tener.
Nosotros ya no pintamos nada. Y tú… ¿qué opinas?