Investigadores de la Universidad de California en San Diego desarrollaron una nueva terapia, que actúa reprimiendo temporalmente un gen involucrado en la detección del dolor, aumentando la tolerancia y reduciendo proporcionando meses de alivio al dolor sin causar entumecimiento.
La terapia génica podría usarse para tratar una amplia gama de afecciones de dolor crónico, desde dolor lumbar hasta trastornos raros de dolor neuropático, afecciones para las que los analgésicos opioides son el estándar actual de atención.
Los investigadores diseñaron un sistema CRISPR / Cas9 muerto para apuntar y reprimir el gen que codifica NaV1.7. Administraron inyecciones espinales de su sistema a ratones con dolor inflamatorio e inducido por quimioterapia. Estos ratones mostraron umbrales de dolor más altos que los ratones que no recibieron la terapia génica; Tardaron más en retirar una pata de los estímulos dolorosos (calor, frío o presión) y dedicaron menos tiempo a lamerla o sacudirla después de haber sido lastimados.
El tratamiento se probó en varios momentos y seguía siendo eficaz después de 44 semanas en los ratones con dolor inflamatorio y 15 semanas en aquellos con dolor inducido por quimioterapia. Además, los ratones tratados no perdieron sensibilidad ni mostraron ningún cambio en la función motora normal.
Para validar sus resultados, los investigadores realizaron las mismas pruebas utilizando otra herramienta de edición de genes llamada proteínas de dedos de zinc . Es una técnica más antigua que CRISPR, pero hace el mismo trabajo. Aquí, los investigadores diseñaron dedos de zinc que se unen de manera similar al gen objetivo y bloquean la expresión de NaV1.7. Las inyecciones espinales de dedos de zinc en ratones produjeron los mismos resultados que el sistema Cas9 muerto con CRISPR.
Esta solución podría funcionar para una gran cantidad de condiciones de dolor crónico que surgen de una mayor expresión de NaV1.7, incluida la polineuropatía diabética, eritromelalgia, ciática y osteoartritis. También podría brindar alivio a los pacientes sometidos a quimioterapia.Y debido a sus efectos no permanentes, esta plataforma terapéutica podría abordar una necesidad mal satisfecha de una gran población de pacientes con condiciones de dolor de larga duración.
Los investigadores de UC San Diego y Navega trabajarán a continuación en la optimización de ambos enfoques (CRISPR y dedos de zinc) para apuntar al gen humano que codifica NaV1.7. A continuación, se realizarán ensayos en primates no humanos para evaluar la eficacia y la toxicidad. Los investigadores esperan comenzar los ensayos clínicos en humanos en un par de años. Los investigadores informan sus hallazgos en un artículo publicado hoy en Science Translational Medicine.