Revista Espiritualidad
Hablando en términos prácticos, desarrollar la intuición requiere que comencemos a escuchar más, en vez de hablar, hablar, hablar o sólo limitarnos a responder.
La intuición es esa certeza de decirnos “no sé por qué debo tomar este camino, pero sé que este es el correcto” o por ejemplo “yo sé que esta decisión hará que las cosas mejoren”.
La clave está en preguntarnos a nosotros mismos y permitirnos experimentar lo que nos hace sentir en paz. Si por más que hacemos introspección la respuesta no aparece, entreguemos al creador (ángeles, maestros) la duda y dejemos que él o ellos la resuelvan
Así de simple… la vida es simple.
Haz sólo lo que te dé pazDigamos que, por ejemplo, un amigo se te acerca y te hace una pregunta, si quieres responderle de manera intuitiva en lugar de hacerlo desde el ego, existen algunos pasos a seguir:
Escucha, practica la “escucha activa”
Trata de tener empatía
Siente y descubre desde dónde viene la duda de la persona
Pídele al creador que te permita ser canal del mensaje que tiene para la persona
Casi siempre pensamos que sabemos todo cuando se trata de cómo otros deberían comportarse o qué deberían hacer con sus vidas. Eso no es intuición. Eso proviene del Ego. Y muchas veces eso no es lo que necesita escuchar tu amigo.
Hay que estar alerta porque sólo podemos encontrar la respuesta si permitimos a nuestro ser interno actuar y nos dejamos guiar por él.
Ese “método intuitivo” es parte de la sabiduría que estamos aprendiendo. Desarrollamos nuestra intuición para aplicarlo en nosotros y luego poder transmitirlo mediante una respuesta, un consejo.
La intuición es algo que crece si nosotros mismos lo permitimos. Generalmente, las personas que tienen más intuición son aquellas que están menos envueltas en sí mismas, en problemas y circunstancias externas.
Yo creo firmemente que la intuición proviene del espíritu y para permitir a la intuición crecer, necesitamos conocernos, abrazar nuestra naturaleza interna, salir de nuestras preocupaciones personales y temores.Muchas veces hacemos lo que otros quieren que pensemos, reaccionamos de la manera en que otros quieren que reaccionemos o hacemos cosas para satisfacer las expectativas de otras personas. Eso no es intuición.
Cuando trabajamos en el nivel intuitivo permitimos que la energía y sabiduría divina inunde nuestro ser a través de la oración y la meditación.
Mientras más oremos y meditemos nos volveremos más intuitivos. “Al rezar el hombre habla y el cielo escucha. Al meditar, el hombre escucha y el cielo habla”.
Desde mi experiencia, cuando tengo una gran duda, trato de escucharme a mí misma. Para lograrlo, necesito enfrentar mis miedos (que muchas veces coinciden con el estrés que me trae la situación).
En este punto puedo reconocer lo que me falta para conseguir la claridad, solucionar mi inquietud y tomar el riesgo. Si no lo consigo, lo suelto y entrego a Dios.
Todos somos maestros y aprendices, así que el reto es continuar creciendo a tu lado en este camino de realización personal y espiritual.
La vida es un constante aprendizaje. Si dejamos que nuestro ser interno nos guíe, podremos descubrir al instante nuestro propósito y ejercer nuestra función de ser felices.
La primera fotografía fue realizada en la estación de tren Union Station durante mi viaje a Los Ángeles, California en noviembre de 2011.
Un agradecimiento ♥ especial para mi amigo: Jorge Lizarralde, autor de esta última fotografía tan hermosa y cargada de profundidad tomada en Storm King Art Center, Nueva York.