El entrenamiento de competencias
John Whitmore nos define bien claro el objetivo del Coaching: “El buen Coaching consiste en liberar el potencial de una persona, para incrementar al máximo su desempeño”. La habilidad de un buen coach se basa en saber ver a las personas no como son, sino como pueden llegar a ser. Es por ello que el Coaching es una metodología muy eficaz para el desarrollo de competencias personales y profesionales. Puesto que el enfoque del Coaching está en la persona y sus características específicas, la tarea consiste en enseñar a la persona a que descubra ese potencial dentro de sí misma y aprenda a utilizar y perfeccionar esas competencias que ya tiene bastante desarrolladas. Asimismo, en muchos casos es necesario o recomendable que la persona desarrolle competencias con las que todavía no se desenvuelve bien.
Competencias Personales que podemos desarrollar con el Coaching
- Inteligencia emocional: habilidad para tomar conciencia de nuestras emociones (miedo, tristeza, alegría, enfado, etc.) y saber gestionarlas.
- Autoconfianza y Autoestima: competencia personal que se basa en creer en uno mismo, valorarse y aceptarse tal como es, con confianza en afrontar las vicisitudes de la vida.
- Actitud positiva: capacidad para afrontar los contratiempos y dificultades con optimismo, actuando consecuentemente.
- Motivación: capacidad para “automoverse” hacia el logro de resultados, sacar energía para luchar por alcanzar las metas.
- Iniciativa: capacidad de tomar acción con rapidez para resolver problemas o conseguir el logro de un objetivo.
- Organización y gestión del tiempo: tomar conciencia de en qué invertimos nuestro tiempo para organizar nuestra agenda.
- Gestión del estrés: capacidad para afrontar el día a día con menor pesadumbre y ansiedad, recuperar la paz interior, conseguir calma y bienestar.
Competencias Sociales que podemos desarrollar con el Coaching
- Asertividad: capacidad para defender nuestros derechos y expresar nuestras opiniones y necesidades, sin agresividad ni herir a los otros, pero tampoco dejando que nos pisoteen.
- Comunicar eficazmente: capacidad para hacer llegar un mensaje eficazmente, de forma compresible para cada receptor, e incluso atraerlo y persuadirlo con la oratoria.
- Empatía: capacidad para entender el punto de vista de los demás, ponerse en su lugar, sin por ello tener que compartir su forma de comportamiento, actitud, etc.
- Gestión de conflictos: habilidad para hacer frente a los conflictos en las relaciones interpersonales, ya sean profesionales o de carácter privado; en lugar de tratar de ocultar el conflicto, tomar las riendas para solventarlo adecuadamente y a tiempo.
- Liderazgo: habilidad para mover a otras personas, inspirarlas y que tomen una acción deseada.
- Gestión de equipos: capacidad para dirigir a los miembros de un equipo hacia la consecución de objetivos.
- Coaching: capacidad para entrenar a otras personas o equipos para que desarrollen su potencial y mejoren el uso de sus habilidades.
Conclusión
Los buenos coaches han pasado antes por un proceso de transformación personal y de hecho, continuamente se reciclan, aprenden y continúan su camino de crecimiento personal. Como si no podría un Coach servir de ejemplo y espejo de desarrollo personal, si no trata de mejorar sus competencias.
El Coaching tiene como objetivo facilitar que una persona o equipo libere su potencial. Tanto a nivel particular como a nivel de empresa, podemos contratar los servicios de Coaching para trabajar las competencias que más nos interesen desarrollar.
En una época en la que el talento y la innovación cobran cada vez más importancia, es normal que haya un crecimiento del interés por el desarrollo humano y el Coaching, para potenciar el logro de resultados particulares o empresariales.
Más información|Innovation Factory Institute
Imagen cortesía de Stuart Miles|Freedigitalphotos.net
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