La Universidad de Cantabria y el Consorcio BIOSER, integrado por cuatro empresas cántabras y gallegas que operan en distintos sectores, cooperarán en un proyecto de investigación cuyo objetivo es desarrollar un sistema que permita optimizar la producción de algas para producir biomasa con aplicaciones en varios sectores: energía, alimentación, acuicultura…
En los próximos tres años, los investigadores del Grupo de Ingeniería Ambiental (GIA) y del Grupo de Ecología de la UC trabajarán conjuntamente en esta iniciativa innovadora con las compañías que han unido fuerzas con este fin: Biocarburantes Bahía de Santander (BIOBAS), Tinamenor, Jealsa Rianxeira y Energía de Galicia.
Los inicios de este ambicioso reto de futuro, cuya fórmula permitirá contribuir al desarrollo y generación de riqueza para la sociedad, se sentaron el pasado viernes con la firma del convenio de colaboración que regulará el proyecto, titulado “Asistencia al desarrollo de sistemas de producción de biomasa de microalgas basados en fotobiorreactores”. El acuerdo fue suscrito por el vicerrector de Investigación y Transferencia del Conocimiento de la Universidad, José Carlos Gómez Sal, y por representantes de las empresas implicadas: por BIOBAS, David González Pescador y Fernando Rivas, por Tinamenor su directora, Soledad Álvarez Guerra, y, en representación de las dos empresas gallegas, Benito Fernández, presidente del consorcio Energía de Galicia. También estuvo presente en el acto el investigador responsable del proyecto, el catedrático y director del GIA Iñaki Tejero.
Según Tejero, el primer escalón básico del proyecto será la producción de microalgas con gran potencial, ya que, al ser organismos unicelulares, su crecimiento es mayor y la transformación y procesamiento de la materia orgánica es más fácil. No obstante, el estudio abarcará el análisis de distintos tipos de algas para determinar qué especies son las idóneas desde el punto de vista de su rendimiento y de que sirvan para diversas aplicaciones. Los investigadores diseñarán un reactor y un software para producir y hacer crecer a estas plantas acuáticas con un aprovechamiento óptimo de los recursos.
“Hasta ahora, la biomasa de algas se ha utilizado para objetivos muy concretos, como la depuración de aguas residuales o la producción de combustibles”, explica Iñaki Tejero. “Pero los usos pueden ser muchos más, además del energético: alimentación animal, subproductos para la alimentación humana, extracción de esencias, fármacos…”. El proyecto está ideado para lograr un método de producción y aprovechamiento óptimo, cerrando el círculo de eficiencia, que incluye utilizar los residuos generados al procesar la biomasa para plantas de biogás. También se deriva un beneficio ambiental, ya que los consumos energéticos están calculados y las algas son captadoras de CO2.
A las ventajas sociales y ecológicas se suman las económicas. “Lograr una reducción de costes es vital para la aplicación industrial del sistema”, señaló Fernando Rivas, de BIOBAS. Por ello se busca la sinergia de los diferentes productos que comercializan las empresas implicadas, gracias a un “análisis integral” que realizarán los investigadores.
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