Revista Política
Estos días ya en varios medios, o quizás blogs, han recordado la famosa frase de John Galbraith que aseguraba que "la política consiste en elegir entre lo desastroso y lo desagradable".
Seguramente el prestigioso economista tendría razón y es por ello que muchos de nosotros estamos preocupados. Muy preocupados.
Viendo a políticos de la calaña de Rita Barberá o de Francisco Camps, nos metemos en el terreno de lo desagradable. Diría yo que de lo "muy desagradable". Lo es su manera de entender la política. Su manera chavacana, corrupta, oscura, siniestra... ¿Quién da más?
El presidente Zapatero va de desastre en desastre. El día que no le riñe el FMI, le rebaja la nota alguna Agencia de Calificación de Riesgos. O saca un decreto con "erratas" que luego no son tales, o no hay manera de que se llegue a un acuerdo en el "dialogo social" y tiene que ampliar el plazo. En fin...
Nosotros, pobres ciudadanos, estamos cada vez más atormentados. Incluso diría yo que asombrados. Por tanta ineficacia, por tanta estulticia. Entre lo uno y lo otro. Entre lo desastroso y lo desagradable.
Las encuestas de este fin de semana no pueden ser más deprimentes. Y es que de que nos vamos a extrañar. Si el país más poderoso de la tierra tuvo un presidente como George Bush, a santo de que el nuestro no puede tener a un modelo blandiblú, como don Mariano... supongo que dirán algunos... no creen?
Por ello desde aquí pediría a Izquierda Unida que se deje de bobadas, en caso de que alguna se diera en su seno, que aprieten filas, que hagan todo lo que haya de menester para ser una alternativa de izquierdas, ilusionante, movilizadora y clave para la gobernanza.
¿Por qué no soñar en el primer día de la semana, primera semana del mes de junio? ¿Sí, díganme ustedes, por qué no podemos soñar con una movilización del voto de izquierdas, que ponga freno a la derecha extrema que padecemos, que obligue al PSOE a volver a la senda "social"?
Hoy, les pido que me dejen soñar y me acompañen a ese mundo onírico que tanto necesito.