Revista Literatura
Los nudos nos rodean bajo un viento hostil. El carguero pirata acecha con redes de alambre de espino. La calavera ondea dentro. La oportunidad ha sido desmantelada con suma facilidad. El sonido de cadenas asalta partituras y la canción se repite en un bucle sin fin. La sangre se alborota al sentir su próximo vertido. Viejos marineros sacan billetes para el último tren del día. Las velas del palo mayor se enredan con languidez cuando no queda nadie que las desate. Hace siglos que no se vislumbra libertad alguna. Un fuerte aguacero convierte el casco en polvo de olvido. La bodega alberga vinagre abandonado y posos de esclavitud. Inerme líquido en museo a la deriva como botella sin mensaje. Oscuro peregrinar hacia la nada. Los nudos nos indican la forma en que fueron atados. Si conseguimos comprender la física que los causó, habremos descubierto el robo. Bajo los focos de la claridad que otorga un mar luminoso y en calma donde mirarnos se refleja la redención hasta para los piratas más sanguinarios. En espejo de plata es donde se muestra el manual de nuestras propias atrocidades. Una recta travesía no la da vientos benévolos, se gana.