Revista Cine

Desayuno con Diamantes, Persiguiendo sueños imposibles

Publicado el 09 enero 2018 por La Henryteca @LaHenryteca
Gracias a los amigos de Sunset Cinema y en su iniciativa Navimad hemos podido volver a disfrutar de una de las películas icónicas de una gran estrella como es Audrey Hepburn. resulta muy curioso constatar como el paso del tiempo afecta por manera desigual a algunos clásicos, mientras unos pierden parte de su esencia mientras otros demuestran su intemporalidad y su grandeza. Este es el caso de la película que nos ocupa "Desayuno con diamantes" un icono de su época, la imagen del personaje de Hepburn desayunando un café y un bollo, completamente arreglada de "resaca" frente al escaparate de la joyería "Tiffany & Co" de New York, es algo que todo buen cinéfilo tiene en su retina, pero al revisionar un clásico de esta categoría en pantalla gigante uno se da cuenta de el porque de su hueco dentro de la historia del cine.
Desayuno con diamantesY es que desde el primer segundo cuando empieza a sonar la maravillosa "Moon river" de Henry Mancini uno se da cuenta de que se va a encontrar con algo diferente, algo maravilloso y especial. Porque aunque "Desayuno con diamantes" tiene el planteamiento y estructura de la típica comedia americana de los 60 se trata de mucho más, se trata de una reflexión sobre los sueños y la realidad. Un ejercicio sobre lo frustrante de madurar y los objetivos imposibles, personificado en dos personajes tan adorables como trágicos, una joven hermosa, frágil y soñadora que quiere alcanzar la fama y fortuna por el camino fácil, y un escritor en horas bajas que se gana la vida vendiendo sus favores a mujeres acomodadas
Moon river
Ambos personajes vistos en perspectiva son realmente reaccionarios para su época, pero están construidos con tanto cuidado y ternura que consiguen sacar de nosotros más de una sonrisa, con unos diálogos tan llenos de complicidad como de ingenuidad, George Peppard (el inolvidable Hannibal de "El equipo A") demuestra aquí sus facultades, no sólo aguantando el tipo frente a una extraordinaria y adorable Audrey Hepburn sino que sobresaliendo con luz propia en muchos de sus gestos, miradas y diálogos. 

La adaptación de la novela homónima de Truman Capote no podría haber sido llevada a cabo de mejor forma, pues suaviza algunos de los elementos más duros de la novela consiguiendo un relato más tierno e intemporal. De hecho la metáfora de la vida sin ataduras y de busqueda de la libertad de Holly encarnado en su gato, ese ser indómito que es tan desapegado y libre, que no tiene nombre y en el que el personaje de Hepburn ve lo que quiere para ella misma es tan simple como conmovedora.


Como perros y gatos

Técnicamente podemos decir que se trata una maravilla visual para su época, con un planteamiento casi teatral en que los interiores son la base de la historia nos encontramos ante una representación visual llena de metáforas de lo que es la vida, la pérdida, la felicidad, los sueños rotos, el amor. Pocas veces se han visto escenas de Nueva York tan llenas de glamour y colorido, donde la luminosidad y el color lo invaden todo.

Encarnados en el papel de Hepburn, todos podemos sentir su fragilidad y su aparente falta de empatía que contrarresta con una dulzura infinita, y es que la joven Holly es tan tierna e inocente en muchos aspectos que a pesar de llevar a cabo actos bastante reprobables para la época o presentar una aparente falta de cariño real por lo que la rodea, deja enamorado a cualquiera que vea la película.


Audrey Hepburn en sus mejores momentos

Poco más se puede decir de un clásico tan referenciado como idolatrado por muchos, una historia sobre una pequeña chica en una gran ciudad, un espíritu soñador atrapado en la realidad. En la que en tono de comedia intercala momentos realmente locos con otros tan poderosos como trágicos. Una de las películas que llevo a su protagonista Audrey Hepburn al Olimpo de las Estrellas de Hollywood y que muestra perfectamente sus principales características, que entremezclan un toque de fragilidad con un halo de dulzura que la convirtieron en lo que ha sido dentro de la Historia del Cine, una de esas películas que debería de ver cualquier aficionado al buen cine.

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