Yo soy una golosa, me contengo mucho, y quizás uno de mis defectos, sea comer mucho con la mirada. Me encantan las sorpresas, me encanta sorprender. Pero sobre todo también soy muy romántica. Así que en el mes romántico por excelencia, a unos días de San Valentin, no podía dejar de encontrar ideas con las que celebrar este “comercial” y romántico día del año. Desayunos románticos, cena con velas o notas y pistas con los que sacar esa sonrisa a tu pareja.
Hoy os he traído un desayuno romántico, sencillo, sin demasiado artificio para no caer en lo cursi y en lo demasiado recargado (que a veces tiene su encanto, pero otras tantas destila demasiado algodón de azúcar).
Hoy es mas un juego de buena mañana, un despertar fresco y propio no solo para esta semana del año, si no para sorprender sea cuando sea, los 365 días a nuestra pareja.
Con detalles sencillos, un camino de corazones, una guirnalda y un entorno mágico, podemos conseguir dar cita a una mañana llena de romanticismo.