Revista Cine

Desbordante imaginación

Publicado el 18 julio 2015 por Lo Que El Cine Se Llevó @elcinesellevo

Parece mentira que una idea tan sencilla como la de Del revés no la hubiera utilizado antes el cine. Aunque sí lo hizo a principios de los 90 la TV con la serie americana Herman’s Head (en aquel caso el protagonista era un adulto). Pero como siempre, lo que diferencia a Disney Pixar del resto, es la facilidad para transformar una idea sencilla en algo mágico.

Del revés es un derroche de creatividad que cuenta con un conjunto de personajes fantásticos (Tristeza ya está entre los grandes personajes de Pixar) y una historia contada de una manera asombrosa. Ideas como las bolitas de recuerdos, las islas, el vertedero, el sueño o el subconsciente demuestran el talento y la sensibilidad que atesora este estudio.

Quien siembra, recoge. Y Pete Docter y su equipo son el mejor ejemplo. La película ha estado cinco años en desarrollo -sólo escribir el guión llevó más de tres- y se nota con creces. El argumento de Docter ya es fantástico de por sí, pero es que el guión de Michael Arndt es una delicia (el Oscar se quedaría corto).

Al igual que ocurría en Up, el arranque es una maravilla, y partir de ahí comienza una aventura llena de sorpresas en las que no faltan el humor, los diálogos con chispa y la alternancia de escenas divertidas y emotivas. Porque una vez más Disney demuestra que el cine de animación es para todos los públicos. Los niños se divertirán -aunque quizás los más pequeños no acaben de comprender que ocurre en algunos momentos- y los adultos explorarán la complejidad de los sentimientos humanos.

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Pero hay más, porque Disney vuelve hacer gala de la exaltación de algunos valores como la familia que resultan conmovedores, o la manera tan inteligente en la que se tratan aspectos de la vida de una niña de 11 años, como pueden ser los problemas que surgen tras un cambio de ciudad o el paso de la infancia a la adolescencia tan bien representada en el personaje de Bing Bong. Podríamos decir que la película se mueve entre la nostalgia de Toy Story y la melancolía de Up, pero tiene tantas cosas propias y tan buenas que no merece ser comparada.

Como siempre el apartado técnico y el diseño son impecables. Y es que los diferentes lugares del interior de la cabeza de Riley están recreados con una imaginación que desborda. Cuando parece que no puede haber algo más, aparece un nuevo detalle (como poder ver el interior de otros personajes jajaja) que despierta nuestra admiración.

Podría decir mucho más, pero me quedo con las caras de la gente cuando anoche salían del cine y los comentarios que hacían recordando los grandes momentos de la película. Y es que cuando el cine regala una película así, lo mejor es disfrutarla viéndola durante muchos años. Porque si algo es seguro en Del Revés, es su lugar en los clásicos del cine.


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