Nuevo mes de cita con Blogger Traveller. Paty sopesó la idea de darnos vacaciones ¡y como me alegro de que finalmente decidiera no hacerlo! La palabra de este mes me ha encantado, ¡es ideal para mostraros las fotografías de mis vacaciones!
Como muchos de vosotros sabéis, he estado en los Pirineos... remanso de paz y tranquilidad donde los haya... ¡un lugar inolvidable! De hecho este ha sido mi segundo año... ¡y no creo que sea el último! Si os gusta la naturaleza en estado puro, visitar unos parajes de ensueño y disfrutar de unos días de desconexión y relax... ¡os invito a visitar Fiscal y sus cercanías!
¿Nos vamos de viaje?
Valle del Bujaruelo, pasando Torla. Unos paisajes increíbles. A orillas del río Ara, con su agua helada, el tiempo parece detenerse. A lo lejos, en el horizonte, los Pirineos, con restos de nieve en la cumbre.
Un lugar mágico para desconectar del mundo, leer un buen libro y apagar el móvil durante unas horas.
Un cielo azul intenso. Montañas verdes. La inmensidad de la naturaleza pirenáica al alcance de nuestra mano.
Una tarde de lluvia de verano nos permitió contemplar el arcoiris. Precioso. La foto no hace justicia, verlo era increíble. Hubo un momento en el que había dos y sus colores eran muy intensos. Todo el pueblo se llenó con la luz dorada del atardecer. Una estampa inolvidable.
El atardecer nublado visto desde el camping. Un momento precioso. El final de un día más en aquel paraíso natural de Huesca.
Los días pasaban sin darnos cuenta. Las mañanas en el Valle fueron lo mejor de las vacaciones. Hemos vuelto con las pilas cargadas.
Solo estuvo a punto de llover un día, cuando pudimos ver el arcoiris. La lluvia fue por la tarde, así que aprovechamos la mañana para visitar los pueblos cercanos.
Me llamó mucho la atención todas las ventanas con flores. Y los patios internos. Llenaban los pueblos de una magia especial, como de otro tiempo. Con sus casas de piedra, tejados de pizarra... ¡maravilloso!
Por supuesto, visitamos Ordesa y el Cañón de Añisclo. Esta foto es de una capilla en honor a San Úrbez, en el Cañón. Aquí pasó sus años aislado, en mitad de la nada, rodeado de nieve en invierno. Hay una fuente con agua milagrosa. O eso dice la gente del lugar.
El año que viene... ¡¡volveremos!! Sin duda.
Hasta aquí mi breve resumen de mis vacaciones en Huesca. Si no habéis tenido la oportunidad de visitar esta zona del Pirineo Aragonés, os la recomiendo al 100%. Es ideal para descansar unos días y disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Eso sí, si queréis una desconexión total, no hagáis como yo... ¡no os llevéis el móvil!
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Un fuerte abrazo,
Celia ♥
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