Más de 600 personas se han establecido en Reno (EE.UU) con el exclusivo propósito de divorciarse en cuanto lleven seis meses de residencia. Ha sido necesario aumentar el servicio de trenes y hasta organizar expresos especiales, que tal es la afluencia de gente que cae todos los días sobre Reno. Por las calles no se ven más que matrimonios fracasados ó con cierta inclinación a separarse. La razón de este inusitado movimiento se explica muy fácilmente, porque en Reno se ha promulgado una nueva ley de divorcio tan cómoda y elástica que no hay otra en el mundo. Basta que un sujeto viva seis meses en Reno para que los tribunales le concedan enseguida el divorcio absoluto y perfectamente válido ante la ley. Es suficiente alegar que los cónyuges no se entienden, para que en seguida disponga la autoridad que cada uno tire por su lado. Así os explicaréis la de matrimonios forasteros que entran todos los días en la ciudad yanqui para prepararse a bien morir. La gente que ha ido a divorciarse ha llevado unos 350 automóviles, y algunos se han trasladado con casa y todo, incluso los criados. Hay muchos hotelitos que se alquilan a propósito para matrimonios que van a divorciarse como quien va a tomar aguas o a hacer un pequeño viaje de veraneo. Los caseros hacen sus contratos por seis meses forzosos, porque saben que al séptimo ya se han divorciado los inquilinos. Con el aumento de población, Reno ha visto crecer sus ingresos en más de un millón de duros y hoy cuenta con magníficos servicios de urbanización, luz, agua, grandes hoteles… etc Lo gracioso es que en Reno no se engaña a nadie. Todo el mundo sabe que los viajeros que lo visitan sólo permanecen en la ciudad yanqui el tiempo indispensable para conseguir el divorcio. Y una vez conseguido pagan la cuenta del hotel, sin regatear y hasta dando crecidas gratificaciones, cosa lógica en quien por fin se ve libre del cónyuge que le atormenta, y se van en el primer tren deseosos de gritar a sus anchas: —¡Viva la libertad! Con que ya lo sabéis, lectores gedeónicos que os sintáis a punto del divorcio. En Reno tienen la manga ancha, y es cuestión de seis meses… ¡¡¡Viaje más práctico…!!!
Gedeon | Madrid, 26 Diciembre 1909