El bosque de la Herrería, en Madrid, situado a escasos 57 kilómetros de la capital nos sumerge en uno de los mejores melojares de la sierra, entre cuyos árboles emergen de la tierra impresionantes berrocales graníticos que hacen del conjunto un paisaje evocador. Se trata de un espacio protegido bajo las figuras de Red Natura 2000 y Paisaje Pintoresco.

Uno de los puntos que no hay que perderse es la Silla de Felipe II, un excelente mirador desde donde se contempla el bosque de la Herrería, el Monasterio de El Escorial y las laderas que ascienden hasta las Machotas y el Abantos. Se encuentra al final de la carretera asfaltada. Desde esta silla, tallada en la roca, es desde donde Felipe II contemplaba la construcción del Monasterio, que duró 22 años. Antes de subir a la roca hay unos espectaculares arces de Montpelier, un árbol típico del mediterráneo, que en otoño se torna de un rojo intenso.

Es un ambiente eminentemente boscoso, muy bueno para disfrutar de la observación de aves forestales. Con un poco de atención descubriremos especies muy interesantes, como el pico menor o el halcón abejero, pero hay muchas otras, algunas muy descaradas, como el trepador azul o el pinzón vulgar, que no dudan en acercarse a las mesas de picnic y papeleras en busca de alimento.

Es un espacio natural idóneo para visitar en otoño por el color del bosque o en verano por su frescor, también ofrece posibilidades para sencillas caminatas o paseos más montaraces hacia las Machotas o el Abantos.
Merece la pena incluir este paseo en cualquier visita a Madrid. Se puede llegar en tren y autobús, tienes toda la información en la sección de rutas de la Guía del Parque.
Desconecta!! descansa!!
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