Ella confía plenamente en su desconfianza, nunca la ha engañado... porque le muestra gentil los insondables movimientos de la maleza que se arrastra húmeda, sinuosa y amenazante alrededor de su sombra bella.
Nada ni nadie podría sustituir su sobrenatural evocación, nada la burla, ni la más mínima sensación o presencia...
Jaroslaw DattaErase pues una mujer esclava de su confiable desconfianza, insaciable inquisidora capaz de metamorfosear el paisaje y los sucesos en pos de su propia presencia, capaz de deshacer el mundo y volver a levantarlo luz a luz, sombra sobre sombra bella, en forma y tamaño tales que justificar consigan el demonio de su existencia.