El escenario de este Maratón es fantástico... Lástima que el público y la animación brillen por su ausencia...
Quizás es una reacción en cadena que se produce cuando por determinadas circunstancias esa interacción que se genera en el momento en que nuestra red neuronal recibe una respuesta esperada que, por razones de origen desconocido, no alcanza los niveles mínimos requeridos de esas substancias químicas llamadas neurotransmisores, como la serotonina y la dopamina, para establecer un cierto equilibrio en el locus ceruleus, un área del cerebro que conecta la mayoría de las regiones cerebrales involucradas en respuestas emocionales y al estrés.
Biológicamente, el ejercicio parece darle al cuerpo la posibilidad de sobrellevar el estrés. Obliga a los sistemas fisiológicos corporales, que están involucrados en la respuesta al estrés, a comunicarse mucho más de lo habitual. El sistema cardiovascular se comunica con el sistema renal, el cual a su vez se comunica con el sistema muscular. Todos estos sistemas están controlados por el sistema nervioso central y simpático, que también se deben comunicar entre sí. Esta sesión de ejercicios del sistema de comunicación corporal puede ser el verdadero valor que nos permite disfrutar de esa sensación de satisfacción.
Minutos antes de la salida y luciendo la camiseta del UTGC...
Es decir que tras el pasado domingo en el que participé en el Ultra Trail Gran Challenge en la Isla de Gran Canaria, me había propuesto, haciendo gala de un sentido común y una lógica aplastante, estar al menos 15 días sin salir a correr para recuperarme debidamente del desmesurado esfuerzo que realicé en la subida al Roque Nublo...
Desde el pasado lunes, a mi regreso a Barcelona, he mantenido mi actividad física a cero, excepto ayer sábado en que realicé mi primera salida en MTB con unos 20 km con un desnivel muy moderado... Parecía que mi estructura cerebral estaba regulando correctamente mis emociones, mis pulsiones instintivas y mi capacidad de contención en cuanto a motivación se refiere. Mis neurotransmisores estaban monitorizando de forma correcta mi estado de ánimo y mi comportamiento potencialmente involuntario hasta que...
Sobre el km 27...
Ayer sábado antes de irme a conciliar un sueño reparador se me ocurrió curiosear un poco por la red... (Sé que no debería haberlo hecho...) y de pronto, no sé en qué momento, apareció en mi pantalla panorámica Dell P2411H la noticia de que este domingo se celebraba en la vecina localidad de Castelldefels (Barcelona) el Maratón del Mediterrani, una competición en la que he participado 4 veces pero que dejé de hacerlo hace 3 años ya que la mala organización de la prueba por una parte y la prácticamente ausencia de público en su recorrido me hizo desistir... Pero, de pronto, algo ocurrió en mi interior y una especie de escalofrío recorrió mis extremidades inferiores hasta llegar al centro neurálgico de mi cerebelo...
Y la reacción en cadena ya fue imparable, apenas pude resistir unos cuantos segundos... Mis defensas anti-patógenas fueron totalmente aniquiladas y ya no pude más que rendirme ante la evidencia... Mi cerebro y mi glándula pituitaria estaban totalmente a merced de la necesidad inaplazable de analgésicos que calmaran mis estructuras receptoras con una descarga de endorfinas...
Punto final de mi rodaje ya dentro de la zona oíímpica....
En pocas palabras, aunque físicamente estaba en pleno proceso de descanso y regeneración mi estado psicomotor tenía síndrome de abstinencia, es decir: hambre de kilómetros...
Y la vorágine se desencadenó a eso de la 11 de la noche...!! Había decidido presentarme en el circuito del Maratón para hacer un rodaje y saciar mi voraz apetito... Tenía la sensación de que en el Ultra Trail Gran Challenge en la Isla de Gran Canaria me quedé, como ya he explicado, corto de km y tenía la perentoria e irracional necesidad de compensarlo de alguna forma... Como no quiero interferir de ninguna forma en el Maratón, me coloco en la última posición del gran grupo y a las nueve de la mañana se da la salida.... Espero unos 5 minutos a que los corredores inicien la prueba y entonces hago mi salida estelar.... Tengo la intención de ir a ritmo tranquilo ya que aún tengo molestias musculares debido al desnivel acumulado de la pasada semana pero mis piernas y mi mente me piden asfalto...
La zona de masajes en la llegada...
El cielo está totalmente cubierto y la temperatura es ideal para un Maratón... Dado que en la salida coinciden tres carreras: 10 km, media maratón y Maratón, el ambiente está bastante animado pero sé que más tarde los maratonianos se quedarán totalmente solos y desamparados durante la segunda media.. Yo voy a un ritmo regular y sin ninguna presión, poco a poco voy integrándome en la gran masa de corredores y vuelvo a vivir la sensación de cierto caos que se genera en este tipo de competiciones con tres carreras al mismo tiempo... Pero voy a obviar más detalles ya que yo sólo estoy haciendo un rodaje de entrenamiento… Yo y muchos corredores más con los que coincido en el paseo marítimo de Castelldefels... Poco a poco voy saciando mi apetito y finalmente la concentración de niveles de serotonina en mi cerebro genera una respuesta satisfactoria y en el km 40 decido que ya es suficiente... Me encuentro de nuevo cansado pero en paz conmigo mismo y mentalmente estoy de nuevo equilibrado...
Decido finalizar en ese punto kilométrico mi sesión terapéutica con el compromiso de respetar durante el tiempo preestablecido un periodo regenerativo absolutamente necesario....
Una alegría encontrarme a Guillermo... "Superviviente" del Isostar Desert Marathon y feliz "Finisher" de este Maratón...
He coincidido durante el rodaje con Albert Rovira que iba a muy buen ritmo en su tercer Maratón, con Joan Antón Bos y Joan Salvador Escala de Atletesvng con los que entreno en ocasiones y con Rafa Carvajal que creo que hacia la media maratón y al finalizar mi rodaje y dirigirme a la línea de llegada he tenido un grato encuentro... Guillermo, un corredor al que me encontré totalmente deshidratado y a punto de convertirse en víctima propiciatoria de los buitres en el desierto de Los Monegros, en el último Isostar Desert Marathon el pasado mes de Julio, ha finalizado el Maratón en perfectas condiciones y muy satisfecho… Guillermo me reconoce cuando paso por su lado y me llama, lo que me alegra enormemente ya que sólo pude hablar con él unos instantes cuando me detuve en el km 37 y le recomendé que se quedará tumbado mientras yo intentaba avisar al soporte sanitario de la organización… Aunque por suerte pudo recuperarse al final y consiguió acabar el Desert Marathon...
Pues nada más: 40 km (casi un Maratón, en 4 h 05 min.) Ahora, bolsa de hielo, Ibuprofeno y esta noche dormiré como un niño....