Según explican desde la Fundación Dinópolis, existen ejemplares similares a los ahora descubiertos en otros puntos del planeta, como en los ámbares cretácicos de New Jersey (Estados Unidos), de Yantardakh (Taimyr, Rusia) y del Lago ‘Cedar’ (Canadá), aunque la diversidad descrita del grupo en estos ámbares es menor a la actualmente conocida del ámbar de España. Aunque las arañas pertenecientes a la familia Lagonomegopidae presentaban una distribución muy amplia durante el Cretácico, todo parece indicar que no sobrevivieron a la gran extinción que tuvo lugar a finales de este periodo y que acabó con los dinosaurios.
Abanicos de espinas
Los lagonomegópidos, de hábitos y parentesco inciertos, se caracterizaban por presentar dos ojos de gran tamaño en posición lateral, hecho desconocido en las arañas actuales. La nueva especie del ámbar de San Just, particularmente, presentaba abanicos de espinas (que habrían aumentado la capacidad prensil de la araña a la hora de capturar a sus presas) en los dos primeros pares de patas.Las nuevas arañas del ámbar de España vivieron durante el Cretácico, hace unos 110 millones de años, cuando el territorio ibérico era una isla y presentaba un clima subtropical. «Estos nuevos hallazgos convierten al ámbar español en el más diverso en este enigmático grupo de arañas y permiten incrementar el conocimiento acerca de su ecología y de sus posibles relaciones evolutivas», dicen desde la Fundación Dinópolis.Fuente: abc