Triceratops. Crédito: Nobu Tamura (Wikipedia)
Artículo publicado por Suzanne Taylor Muzzin el 12 de julio de 2011 en la web de la Universidad de Yale
Un equipo de científicos ha descubierto el dinosaurio más joven conservado en el registro fósil antes del catastróficos impacto de meteorito de hace 65 millones de años. El hallazgo indica que los dinosaurios no se extinguieron antes del impacto, y proporciona más pruebas sobre si el impacto fue de hecho la causa de su extinción.
Investigadores de la Universidad de Yale descubrieron el cuerno fosilizado de un ceratopsiano – probablemente un Triceratops, que son comunes en el área – en la formación Hell Creek en Montana el año pasado. Encontraron el fósil enterrado a poco más de diez centímetros por debajo del límite K-T, la capa geológica que marca la transición del periodo Cretácico al Terciario, en la época en la que tuvo lugar la extinción masiva de hace 65 millones de años.
Desde que se propuso la hipótesis del impacto para el fin de los dinosaurios hace más de 30 años, muchos científicos han llegado a creer que el meteoro provocó la extinción masiva y aniquiló a los dinosaurios, pero un punto delicado era la aparente carencia de fósiles enterrados en un rango de 3 metros por debajo del límite K-T. La aparente anomalía ha llegado a conocerse como el “hueco de los tres metros”. Hasta ahora, este hueco había provocado que algunos paleontólogos se cuestionaran si los dinosaurios no aviares de la era – que incluyen al Tiranosaurio Rex, Triceratops, Torosaurios y dinosaurios pico de pato – gradualmente extinguidos algún tiempo antes del impacto del meteoro. Los dinosaurios aviares sobrevivieron al impacto, y finalmente dieron lugar a los pájaros modernos).
“Este descubrimiento sugiere que el hueco de los tres metros no existe”, dice el estudiante graduado de Yale Tyler Lyson, director de la Fundación de Investigación Marmath y autor principal del estudio, publicado on-line el 12 de julio en la revista Biology Letters. “El hecho de que este espécimen estuviese tan cerca del límite indica que, al menos algunos dinosaurios, estaban en perfecto estado justo antes del impacto”.
Aunque el equipo no puede determinar la edad exacta del dinosaurio, Lyson dijo que probablemente vivió entre decenas de miles y unos miles de años antes del impacto. “Este descubrimiento proporciona algunas pruebas de que los dinosaurios no murieron lentamente antes del impacto del meteoro”, comenta.
Eric Sargis, conservador de paleontología de vertebrados en el Museo de Historia Natural Peabody de Yale y el estudiante graduado Stephen Chester descubrieron el ceratopsiano el año pasado mientras buscaban mamíferos fosilizados que evolucionaron tras el impacto del meteoro. Al principio, dice Lyson, el equipo pensó que estaba enterrado a menos de un metro del límite K-T, pero quedamos sorprendidos al saber cómo de cerca estaba del límite – y por tanto, cómo de cerca temporalmente estaba al impacto. Enviaron muestras del suelo a un laboratorio para determinar la posición exacta del límite, que está marcada por la abundancia relativa de ciertos tipos de polen fosilizado y otros indicadores geológicos, pero que es difícil de determinar visualmente cuando se está en el campo.
Debido a que el dinosaurio estaba enterrado en una planicie aluvial de lodolita calcárea, el equipo supo que no se había redepositado desde sedimentos más antiguos, lo que sucede a veces cuando los fósiles se encuentran en lechos de ríos que pueden haberse erosionado y redistribuido con el tiempo.
El equipo está ahora examinando los otros especímenes fósiles que parecer estar enterrados cerca del límite K-T y esperan hallar más, comenta Lyson. Sospecha que otros fósiles descubiertos en el pasado pueden haber estado más cerca del límite de lo que originalmente se pensaba y que el conocido como hueco de los tres metros nunca existió.
“Deberíamos ser capaces de verificarlo usando técnicas de análisis del suelo más sofisticadas en ligar de estimar la posición del límite basándonos únicamente en un examen visual de las formaciones rocosas en el campo, que es lo que normalmente se ha hecho en el pasado”, comenta Lyson.
Artículo traducido y posteado en Ciencia Kanija, el original se publicó en la web de la Universidad de Yale, su autora es Suzanne Taylor Muzzin.