Revista Economía

▷ descubrase como lider | pdf

Publicado el 13 diciembre 2018 por Misterdilan

La revolución de las relaciones humanas Mantenga siempre su mente abierta al cambio. Dele la bienvenida. Búsquelo. Sólo puede progresar examinando una y otra vez sus opiniones e ideas.
DALE CARNEGIE. A medida que se acerca el siglo XXI, el mundo es sometido a enormes cambios, a un proceso de grandes trans-formaciones y posibilidades.

En apenas unos pocos años, hemos presenciado el nacimiento de la sociedad posindustrial, el advenimiento de la era de la información y de la carrera por la computarización, el nacimiento de la biotecnología y, como si estos cambios fueran poco, la revolución en las relaciones humanas. Con el fin de la Guerra Fría, el ambiente de los negocios se ha vuelto definitivamente más intenso.
La competencia se ha hecho más global y más enérgica. Y la tecnología no le va en zaga. No podían las empresas ignorar por más tiempo los deseos y necesidades de sus clientes. Ya no pueden los gerentes sencillamente impartir órdenes, y esperar que éstas sean irreflexivamente obedecidas. Ya no pueden darse por supuestas las relaciones personales.

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Ya no pueden las empresas sentirse menos que obsesionadas por el constante mejoramiento de la calidad. Ya no puede ser que tanta creatividad humana que-de tan escandalosamente desperdiciada. Para sobrevivir en los años que se avecinan, las organizaciones exitosas -en el mundo de los negocios, en los

Encuentre al líder que usted lleva dentro.

Charles Schwab ganaba un salario de un millón de dólares en la industria del acero, y él mismo me dijo que cobraba ese enorme sueldo en gran medida gracias a su habilidad para manejar a la gente. ilmagínense eso! iUn millón de dólares por año porque sabía cómo manejar a la gente!
En una ocasión, al mediodía, Schwab caminaba por uno de sus talleres siderúrgicos cuando se encontró con un grupo de hombres fumando directamente debajo de un cartel que decía "Prohibido fumar". ¿Creen ustedes que Charles Schwab les dijo: "¿Es que no saben leer?", a la vez que señalaba el cartel? De ninguna manera. Él era un maestro de las relaciones humanas.
El señor Schwab se puso a charlar amistosamente con aquellos hombres y en ningún momento dijo una sola palabra acerca del hecho de que estuvieran fumando precisamente debajo del cartel con la prohibición de hacerlo. Finalmente les obsequió algunos cigarros y les dijo: "Les agradecería que se los fumaran afuera".


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