Tour Eiffel, Champs Élysées, Trocadero, Notre damme, Republique, Arc du Triumph, Bastille, Louvre, Musée d’Orssay, la Senne, Bateau Mouche, Mont Martre… Existe un París, el del turista, el del visitante de primera vez, el del japonés cámara y mapa en mano, el París que todos soñamos conocer algún día.
Pero como cualquier gran ciudad tiene también una cara B. Unos rincones que no salen en las guías, y que no son fáciles de encontrar si no vas de la mano de alguién que ya se lo sepa. Lo mejor es que para ver estos rincones no hay que irse al fin del mundo, aunque si hace falta salirse del centro más turistico.
Hablo de barrios como Belle Ville, en el 20ème aroundisment, con un arte callejero que bien se podría comparar con Berlin, de barrios como el 14ème con una vida parisina bulliciosa, barrios musulmanes con letreros en árabe haciendo gala de que todas sus carnes son Hallal (matados según el rito musulmán).
En este lado de París comes en un libanés por apenas 9 € un cuscus con brochetas y carnes, que te duele porque ves que es imposible de terminar de la cantidad de comida que han servido. Delicioso.
Estas son unas pinceladas de este París, sobretodo lo que le diferencia de cualquier monumento es la cantidad de vida! El trajín por la calle, los palets llenos de productos al por-mayor, el francés con acento extranjero… hacen de estas zonas, una visita obligada para el que repita París, porque todos sabemos que la Torre Eiffel llama mucho más para el turista primerizo en París, y hasta el que ya no lo es tanto, porque esa torre que tanta controversia causo en su día (y ahora de vez en cuando también), iluminada por la noche, sigue sobrecogiendo.