Nacemos sentados sobre el caballo de nuestra genética heredada, sin ningún conocimiento de cómo gobernarlo, es más: nos educamos creyendo que somos el caballo. Despertar a nosotros mismos, a nuestra propia "genética" como seres únicos, como almas que no pertenecen a nuestras familias humanas, es una auténtica navidad, un nacer a nuestra parte no condicionada por la herencia familiar y cultural. No podemos ser auténticamente nosotros mismos sin vivir esta navidad propia, sin distinguir al caballo del jinete.
Querido lector: te invito a descubrir esta navidad especial, que no nace de ninguna tradición, sino de la rebeldía de revelarnos como seres únicos ¿Sientes que ha llegado el momento de cabalgar tu caballo como jinete libre...el momento de celebrar tu propia navidad...? A esta pregunta solo puedes responder tú.
Cabalgar como jinetes libres, haciendo de nuestra herencia, de nuestro caballo, un medio a nuestro servicio y no al revés. La herencia no ha de ser una carga, sino una inversión para conseguir llegar a donde nuestros antepasados no pudieron. Con la ayuda de nuestro propio ser podemos gobernar el caballo que recibimos y convertirnos en seres humanos con luz propia.