Un grupo particular de neuronas hipotalámicas es la que mantiene la temperatura del cuerpo.
Hace tiempo que se buscaba aquello que permitía a nuestro cuerpo poder regular la temperatura corporal pero hasta día de hoy no se había logrado encontrar. Ahora, un grupo de investigadores ha identificado el mecanismo por el cual el cerebro es capaz de mantener la temperatura corporal en el punto correcto para nuestro bienestar y evitar el sobrecalentamiento en caso de fiebre.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Heidelberg ha trabajado con ratones para comprender el funcionamiento del termostato. Lo mismo que a ellos les pasa es lo que nos ocurre a nosotros con toda probabilidad. Lo que han visto es que para poder hacer este ajuste juegan un papel muy importante un grupo particular de neuronas del hipotálamo. Su estructura ya se conocía antes por estar involucrada en la regulación de la temperatura, pero sin embargo, se desconocían los detalles de funcionamiento del sistema a nivel molecular.
En el estudio, publicado en Science, los científicos describen cómo estas neuronas se comportan como verdaderos sensores, activándose cuando la temperatura supera el nivel normal de 37 ° C. Este grupo de células es capaz de limitar el aumento excesivo de la fiebre inducida por alguna infección o inflamación. Es una especie de freno de emergencia para controlar la temperatura de modo que resulte útil para combatir los virus y las bacterias pero no resulte un peligro para el cuerpo ni provoque daños en los tejidos.
Los investigadores también hicieron una especie de contra-comprobación para asegurarse de que habían encontrado el interruptor exacto de la temperatura corporal. Lo que hicieron fue modificar genéticamente los genes de los ratones para “apagar” o “encender” los genes implicados en el funcionamiento de estas neuronas. De esta manera vieron realmente como se podía incrementar o disminuir la temperatura del cuerpo de los ratones. Esto demostró que el termostato que regula la temperatura era justamente ese.
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En teoría, ser capaz de actuar sobre este “interruptor” interno de la temperatura podría ser bueno para la salud, por ejemplo para disminuir la temperatura del cuerpo en los casos en los que pueda ser útil. De hecho existen ya varios ensayos clínicos en los que se está poniendo a prueba la capacidad de enfriar el cuerpo en caso de traumatismo grave o accidente cerebrovascular para ver si los daños que se producen en el cerebro son más bajos. Recordemos que no es algo fácil de lograr ya que cuando se intenta enfriar el cuerpo con algo como hielo o algo frío el cuerpo tiende a calentarse para volver a la temperatura que tenía, y eso muchas veces provoca otros problemas adicionales. Por eso se espera que el hecho de poder llegar a controlar el punto exacto que sirve para aumentar o bajar la temperatura evite este intento de volver a calentar el cuerpo al enfriarlo.
Os dejo un vídeo del Dr. Jordi Pou sobre qué es la fiebre y cómo tratarla.