Una Investigación del "Cold Spring Harbor" de Nueva York, que
publica hoy la revista científica "Open Biology", de la Royal Society
de Londres, descubrió estudiando un glioblastoma (un tumor cerebral ), que las
células cancerígenas provocan una mutación en el gen PK-M, que comienza a
producir una proteína que estimula su crecimiento, a una velocidad mucho mayor
que las sanas. Para que un tumor prolifere y sobreviva necesita una gran
cantidad de esta proteína que está presente sólo en las células cancerígenas.
Es por ello que utilizando una molécula se ha logrado detener la producción de
esta proteína y ha conseguido que sus
células malignas vuelvan a comportarse según los patrones de una célula sana. Esto
significa también que las células del tumor volvieron a respetar la apoptosis o
muerte celular programada, un proceso por el que las células con problemas
provocan su propia muerte. En un futuro esta molécula puede servir de base para
nuevos tratamientos contra todo tipo de cánceres, pero la investigación se
encuentra en una fase muy temprana y aún es necesario medir su eficacia y evaluar posibles efectos secundarios