Hemos estado esperando largo tiempo a encontrarnos alguna rama de eucalipto silvestre en nuestros escasos y ocasionales paseos campestres e, incluso en los urbanitas que nos damos cada fin de semana por nuestra ciudad... Sin suerte alguna; mucha platanera de sombra, mucho olivo, mucho naranjo... cero eucalipto. Pero mira tú por dónde que, el otro día, al pasar por una floristería del barrio, vimos asomar ramas de este árbol por todas las esquinas; está claro que lo que la Naturaleza no te da, te lo da la floristería, y más en Navidad, pues esta planta se convierte en estrella de muchos centros y coronas decorativas... Y a casa que nos fuimos con un ramo inmenso, la mar de contentas y la mar de perfumadas, y es que huele de maravilla... Nuestra intención es clara y poco festiva, la verdad, ya que nuestra idea es decorar con ella todo el año, pero qué mejor momento para estrenarnos con este vegetal que en estos días... ¿No os parece?
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