Revista Salud y Bienestar
Es verdad que con los niños puedes redescubrir miles de cosas una y otra vez. Eso es lo que nos pasa cada vez que viajamos a algún sitio donde ya hemos estado antes nosotros solos. Cuando volvemos con ellos siempre nos parece estar por primera vez... Una plaza, un puente, un edificio... Igual lo has visto miles de veces pero cuando vas con los niños lo ves más y mejor. Te paras a observarlo, a explicarles alguna historia relacionada con lo que estáis viendo, captando su atención y, sorprendentemente, también la tuya.
Eso nos ha pasado este verano. Como cada año hemos ido a la provincia de Gerona, de donde es mi marido, por lo que al menos él lo conoce bastante bien. Pues él mismo ha redescubierto su capital. Gerona capital, con sus puentes, los edificios de colores asomados al río, el barrio judío con calles estrechas y empinadas y ahora, cómo no, su famosa catedral, sobre todo, desde que sale en Juego de Tronos. Es una ciudad muy amable, con parques para los niños donde se instalan "kioskos" de las bibliotecas municipales con una gran alfombra donde sentarte a leer alguno de los cuentos que te ofrecen, ¿No es una idea guay? Incluso puedes sentarte tú a leer tu libro mientras los niños disfrutan del parque.
Es fácil comer bien con ellos en alguno de los muchos bares de tapeo o restaurantes que hay por la zona centro, la plaza de la independencia es un buen sitio para comer y merendar porque en sus soportales se encadenan una tras otra las terrazas de los distintos bares. Nosotros fuimos en pleno Agosto, y aunque no era un día de lo más calurosos del verano, nos sentó de maravilla un polo natural que compramos en la calle de les Ballesteries.
Dimos un paseo por el barrio judío y entramos en una tienda de souvenirs-juguetería preciosa, donde en la esquina última tenían muchos juguetes de princesas y caballeros y estuvimos un buen rato deciéndo qué nos llevábamos de recuerdo de la visita a Gerona. Al final el caballero optó por un casco y la princesa por una varita mágica. Es cómodo para ir con cochecito de bebé, pese a las cuestas y los coches que pasan por las calles del centro, puesto que no es peatonal. Tampoco pasan muchos y las aceras en algunos tramos son los suficientemente anchas como para ir por ellas.
Es un plan muy bueno si habéis ido a pasar unos días a la Costa Brava y os sale un día con el tiempo torcido, pero después de nuestra visita de este año, de verdad os digo, que es un plan perfecto como escapada de fin de semana. Desde Madrid está a bastante distancia, pero ahora hay AVE, que planificándolo con tiempo no tiene porqué salir demasiado caro.
¿No os parece que es una ciudad olvidada que claramente hay que descubrir? Pues sin duda es genial hacerlo con nuestros locos bajitos....