Uno de mis planes para la última visita que hice a Londres esta pasada Semana Santa, era precisamente ir a este Cementerio. Así a priori quizás no es la visita más normal cuando vas a visitar la ciudad, pero por eso mismo tenía tantas ganas de conocer este sitio que parece un cuento de hadas. Visitar Highgate es como viajar al pasado en medio de la abarrotada y moderna ciudad de Londres y bueno, es un lugar que parece sacado de una novela romántica así que reconozco que como fiel seguidora de los libros de este género, no podía dejar de visitarlo en cuanto volví a Londres.
Para que os orientéis un poco, Highgate Cemetery es un cementerio de la época victoriana incluido
en el Registro del Patrimonio Inglés de Parques y Jardines de Especial Interés Histórico. Fue inaugurado en 1839 y forma parte de los 7 cementerios privados de Londres, llamados los Siete Magníficos por su gran belleza. Tras su inauguración se convirtió en el cementerio de moda para la clase alta de Londres y debido al boom arqueológico egipcio del siglo XIX gran parte de su diseño está inspirado en el arte egipcio y es una auténtica maravilla. Actualmente está dividido en dos partes, la Zona Este que es de acceso libre siempre y cuando pagues £4 y la Zona Oeste, que solo se visita con un tour guiado que cuesta £12 (aunque incluye la visita a la Zona Este) y que es necesario reservarlo con antelación. Y creedme cuando os digo que mucha gente se desplaza hasta allí y se tienen que dar la vuelta porque los tours están completos.
En la Zona Este podemos encontrar hermosas tumbas de personalidades destacadas del Siglo XIX como Karl Marx, George Eliot (pseudónimo de Mary Anne Evans), Michael Faraday, los padres y hermanos de Charles Dickens así como otros numerosos artistas y políticos notorios de la edad victoriana. De las personalidades destacadas enterradas en este cementerio y más actuales, yo destacaría a Douglas Adams, el escritor de la novela Guía del Autoestopista Galáctico (Os recomiendo encarecidamente leer esa saga o al menos ver la película que corresponde al primer libro) en cuya tumba es tradición ir a dejar un bolígrafo en su honor, aunque más de alguna vez la gente le ha dejado toallas en honor de su novela y yo vi como le dejaban un par de ejemplares de sus novelas. Esta zona del cementerio es un lugar tranquilo donde no es raro encontrarse gente leyendo en los bancos o paseando por entre las hermosas tumbas que están dispersas entre una densa maleza. Puedes recorrer los caminos principales o adentrarte en los secundarios y de pronto encontrarte estatuas rodeadas de hiedra en medio de un montón de árboles. Es absolutamente precioso.
La Zona Oeste es más grande y más imponente. La visita comienza en la capilla, donde se reúnen los que han contratado la visita y se presenta el guía que con toques de humor y sobre todo con muchísima pasión por lo que hace, nos va presentando el cementerio y guiándote por él en una visita que dura más o menos dos horas. Con su guía vas descubriendo las particularidades de ese cementerio, las historias que le acompañan y a sus habitantes ilustres como científicos, arqueólogos, escritores, un coleccionista de fieras llamado George Wombwell enterrado bajo un enorme e imponente león y el boxeador Tom Sayers que quería más a su perro que a su mujer y le enterraron separado de esta pero eso sí, junto a una estatua del animal (hasta fue el perro quien encabezó la comitiva funeraria del boxeador, así que imaginaos que cariño le tendría). La frondosa flora de esta parte del cementerio está compuesta por grandes árboles que entrelazan sus hojas entre sí, formando túneles de hojas y que se entremezclan a la perfección con impresionantes mausoleos. Cabe destacar la Avenida Egipcia franqueada por los obeliscos y la gran puerta, el Círculo del Líbano que es una avenida circular con tumbas a cada lado y que se construyó alrededor del impresionante Cedro de Líbano que tiene más de 300 años y unas impresionantes dimensiones y el mausoleo de Julius Beer, con su hermosa cúpula dorada. Curiosa también es la visita a las catacumbas donde se pueden observar los féretros de hace 200 años, que es cuanto menos curioso.
Para mí fue una visita realmente preciosa, aunque tengo que decir que el humor inglés de nuestro guía dejaba mucho que desear y que tenía un acento extraño que a veces hacía difícil comprender lo que decía. Menos mal que ya iba con toda la información bien aprendida y si algo no se le entendía se podía deducir. Eso sí, ver como la naturaleza va intentando devorar las hermosas construcciones del hombre, envolviéndola con ramas y raíces es un espectáculo impresionante y que merece la pena visitar si ya estás cansado de ver lo de siempre en Londres. Yo al menos os lo recomiendo.
Os dejo aquí la página web del cementerio desde donde se reservan las visitas:
Paula.
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure