Luka O’kelly
Sostengo el puente de mi nariz, exclamando mudamente un poco de paciencia. Estos principiantes no son eficientes ni creativos, destruyen cada trabajo que les he encomendado, son ineficientes.
—Emma, comunícame con Adeline inmediatamente. —Le ordene a mi secretaria por el intercomunicador.
—Adeline en estos momentos no está disponible, Señor O’kelly—Aviso profesionalmente, es la mejor asistente que he tenido— ¿Le dejo su mensaje con Brandon?
—Si, además agrega que el tema a tratar son los nuevos logos. —Mencione para después cortar la comunicación.
Deje caer mis espalda a mi asiento, nunca pensé que tener el liderazgo de una empresa fuera agotador y estresante, pero es satisfactorio cuando las estrategias que aplicas, impulsan el prestigio de lo que por años has dirigido con valor y orgullo.
Una sonrisa surco mis labios por los recuerdos que surgen en mi mente, de cómo comenzó mis sueño de crear mis dominios en el mundo empresarial, pero toda felicidad abandono mis facciones al observar como Eduard entra por la puerta con la mirada baja.
—¿Qué haces aquí, Ross? — Pregunte seriamente, desde la cena ha pasado un mes donde no mantuvimos ninguna comunicación, mi furia por su cambión continua presente.
—Puedes dejar de llamarme por mi apellido, por favor. —Pidió acercándose a mi escritorio.
—Me pides algo que tú mismo te has ganado. —Conteste tomando unos documentos para examinarlos, debo buscar una solución al accidente de los bocetos estropeados y no perder el tiempo con él.
—Discutí con Naomi. —Susurro dejándose caer en el sofá de mi oficina. Sus palabras hacen que sonría inevitablemente, la zorra me está haciendo las cosas más fáciles.
—¿Y eso por qué? —Pregunte con fingida preocupación y apartando cada uno de los papeles que están en mi escritorio. Esto merece mi total atención.
—Está llevando las cosas muy rápido. —Menciono sujetando sus cabellos entre sus manos—. Piensa en una boda y niños. No estoy preparado para eso en estos momentos.
—Tienes 25, Eduard. —Hable acercándome a su lado—. Estas preparado pero seguro para ti, ella no es la indicada para ese gran paso en tu vida—Tome asiento a su lado y coloque mi mano en su hombro en signo de apoyo.
—¿Cómo puedes estar tan seguro? —Replico, soltando sus cabellos y dirigiendo su mirada café a mis azules.
—Porque si fuera la indicada, no estarías aquí, hablando ese tema conmigo. —Declaré seriamente, pero tras ello oculto mi satisfacción por hacerlo dudar de su relación.
—Creo que puedes tener razón. —Acepto bajando la mirada—. Tal vez deba…
Su voz es interrumpida por una tonada de Maroon 5, proveniente del bolsillo de su pantalón. Adentro su mano y saco el móvil, esté al observar la pantalla, se iluminan sus ojos y una sonrisa enamorada aparece. Esa maldita acaba de arruinar mi plan, estuve a unos segundos de cumplir mi objetivo pero su llamada devasto todo.
—Es Naomi. —Me dijo felizmente—. Atenderé la llamada.
No pude replicar ante su velocidad al contestarle. Suspire frustrado, me levante y continúe con mi trabajo, ya no hay caso de que intente convencerlo de que no es la indicada en estos momentos.
Está cegado por la perfección que esa mujer aparenta frente a todos pero ante mi percepción no es más que una máscara que oculta su realidad. La dulzura de sus ojos marrones encubre la maldad y obsesión que es capaz de detonar en ella, temo que mi mejor amigo sea destruido por ese maligno ser.
—Señor O’kelly. —Llamo Emma adentrándose en mi oficina, capturando mi atención—. Adeline comunica que le informe con exactitud cada detalle del tema que le notifico para buscar una solución inmediata.
Asentí para después hacerle un ademan para que se retire, lo cual acato, volviendo a su puesto de trabajo. Me dirigí rápidamente a mi laptop, tecleando en ella la completa explicación de cómo los principiantes destruyeron el trabajo nuevamente que le encomendé, agregando que su poco interés en progresar es intolerable.
—¿Está noche? —Escuche la voz de Ed preguntar a través del aparato, me había olvidado de su existencia—. ¿Luka podría unirse?
Detuve mis acciones al escuchar sus palabras y lo mire incrédulo, este idiota que pretende, no deseo pasar mi noche con la zorra insoportable.
—Está bien. —Sonríe complacido, por favor que haya dicho que no—. Estaremos ahí a las 8 pm, te amo, nos vemos—Cuelga para continuamente mirarme con una sonrisa. Lo odio con lo más profundo de mi alma.
—¿Qué has hecho? —Impacte mi puño en mi escritorio, mi paciencia está en su límite. Mi noche no será ocupada por una salida con mi amigo y ella.
—No te enojes, no es nada malo. —Le resto importancia con un además que aumento mi furia—. Saldremos está noche junto a Naomi y una amiga suya, para que no te sientas solo.
Me levante respirando erráticamente, soportar no gritar mis pensamientos es insufrible, no me apetece pasar mi momentos de paz con ella. Mi tolerancia no estará presente si la tengo enfrente sonriendo hipócritamente a mi persona.
—Eduard Ross…—Comencé importando poco las palabras que pueden ser expulsadas de mi boca pero él interrumpió mi propósito.
—Me iré para preparar al sitio al que iremos y espero que a las 7 estés listo en tu casa, porque pasaré por ti. —Informo, ignorando mi furia marchándose por la puerta, dejándome sin las palabras que pedían ser dichas de mi boca.
—Eres un maldito. —Gruñí sosteniendo mi rostro con mis manos, detesto cuando ignora lo que intento decir, es como si no importará mi opinión para él.
Me deje caer desecho en el asiento de mi silla ¿Cómo soportaría a esa mujer toda la noche sin querer insultarla? Es completamente imposible.
—Señor, ¿Ocurre algo? —Pregunto mi secretaria preocupada desde el marco de la puerta.
—¿Podrías hacer el informe para Adeline? No estoy en condiciones para continuar trabajando. —Explique, implorando con mi mirada, fija en el techo, un poco de paz.
—Lo haré. —Afirmo para cerrar la puerta y dejarme sumergido en mis pensamientos.
Esta batalla la está ganando ella, me está desarmando lentamente, eliminando cada arma que utilizo pero no permitiré que continúe, la guerra la ganaré yo.
—Prepárate, querida Naomi. —Murmure, sonriendo cínicamente—. Mi última arma será tu destrucción.
Guardo en mi interior cada veneno para contraatacar contra ella, seré el vencedor y la expulsaré de nuestras vidas.