El gran Walter Cronkite presentó el informativo vespertino de la CBS durante casi dos décadas. Era y es ‘CBS Evening News’, y siempre se recordarán como hitos de su carrera el asesinato de John F. Kennedy o la llegada a la Luna del Apolo XI. En 1981, Dan Rather, un reportero de la cadena que había presentado el incónico ‘60 Minutos’, lo sustituyó al frente del noticiario. Rather rondaba la cincuentena y, a pesar de ser un periodista ya veterano, no cautivó de entrada a los seguidores de Cronkite. Bajó la audiencia y la CBS tuvo que echar el resto para recuperarla, utilizando todos los medios humanos y materiales a su alcance. Al viejo Cronkite no le sentó muy bien todo aquello, por lo que no perdió ocasión de manifestar, en diversos foros, lo que pensaba de Rather.
En 2005, Dan Rather abandonó de forma accidentada la presentación del mencionado informativo. Ahora, cuando acaba de cumplir 85 años, ha descubierto Facebook. Tras cubrir muchas campañas presidenciales, la de Hillary Clinton contra Donald Trump le cogió sentado en la butaca del salón de su residencia. “Nadie me va a contratar a estas alturas para la noche electoral”, dice que pensó en voz alta. Y comenzó a escribir los posts en su página, sorprendido por la cantidad de gente que interactuaba con él. Le recomendaron que los textos no fueran más allá del par de párrafos. No conviene extenderse demasiado y aburrir, le explicaron. No hizo demasiado caso a los consejos.
“Esto es el futuro”, sentencia Rather, confesando que no se siente inferior por haber tenido que recurrir a este sistema. Él, que comenzó en la prensa escrita y que de ahí pasó a la radio, para acabar en la cumbre como estrella de la televisión. Rather es feliz en la red, porque asegura sentirse libre y no ser propiedad de nadie. Critica que los grandes medios sigan anclados en la defensa de intereses particulares. Y confiesa que si su maestro Edward R. Murrow, pionero del periodismo electrónico, hubiera conocido Facebook, se habría incorporado desde el primer día a la red, sin duda alguna. El objetivo, añade Rather, no es convencer a nadie. Y menos en cuestiones políticas. Lo que intenta es animar a la gente a pensar. A la gente a la que le gusta la política, pero también las historias edificantes que les hacen sentir bien. Murrow creía en que la función esencial del periodismo era llegar humanamente lo más cerca posible de la verdad. La mujer de Rather le recomienda a menudo que no mencione tanto a aquel periodista que fumaba compulsivamente y que se enfrentó al todopoderoso senador McCarthy, desde los parámetros de la honradez y la integridad que destilaba. El testarudo Rather, en esto, tampoco suele hacer demasiado caso.
[‘La Verdad’ de Murcia. 1-11-2016]