Jueves 18 de agosto, 20:00 horas. Iglesia de San Gil, Eugi, Valle Esteríbar (Navarra): Concierto inaugural del Festival Internacional de Música de Navarra; estreno absoluto de Pirineo de Mihalis Moschoutis (1979), obra encargo del Festival.
Este verano por tierras españolas, siempre con la música como "disculpa", llegamos a tierras navarras y descubrí el Valle de Esteríbar donde por cuarto año se celebra un festival que apuesta por nuevos enfoques sin olvidar la calidad, algo difícil en nuestros tiempos, donde los hermanos Jáuregui, Elena y Francisco Javier ("Dúo Roncesvalles") están trayendo, como directores del Festival, intérpretes y repertorios excelentes.
El concierto inaugural celebrado en la coqueta iglesia de Eugi, completa hasta los pasillos, arrancó con el clarinetista Miguel Pérez Iñesta, vallisoletano pero medio asturiano por estudios y actividad, que nos ofreció Sequenza IXa per clarinetto solo(Luciano Berio), arrancando tras el panel para avanzar hasta el primer plano en una interpretación donde virtuosismo y buen gusto se dieron la mano, buscando las sonoridades del templo e instrumento, que nada más finalizar dio paso sin pausa a la violinista francesa Emmanuelle Bernard quien desde el coro nos deleitó con la Partita nº 1 en Si menor, BWV 1002 (J. S. Bach). La Allemanda invadió de color toda la iglesia, con unos fraseos y un sonido impecable, seguida del Double y una Corrente perfectas en "tempi" y mimo por el color con unos arcos y ataques perfectos, para finalizar con una cascada emotiva en el Double que cierra esta joya bachiana recordándonos el dominio que El Kantor tenía también de las cuatro cuerdas. Atronadora ovación para una intérprete que se lo merece.
Ambos instrumentistas, ya delante del altar tapado por el citado panel o biombo, nos dejaron un dúo poco habitual que impactó por empaste y sonoridades impecables en una obra clásica que aúna el gusto de la época con el entendimiento de la música a dos capaz de hacernos viajar a la Viena más evocadora:
Sonata para violín y clarinete (Georg Friedrich Fuchs) con dos movimientos (Allegro moderato - Rondó allegretto) que desgranaron melodías y juegos de los "básicos orquestales" traídos a la mínima expresión pero cargada de buen hacer por un compositor que era clarinetista. De regalo nos dejaron Dos dúos de Bartok demostrando la versatilidad de una combinación que muchos músicos han dejado escritas pero no siempre escuchadas lo suficiente, reivindicando la música de cámara una vez más.
Y llegaba el estreno absoluto de Pirineo del griego Mihalis Moschoutis (1979), obra encargo del Festival, con un cuarteto de cuerda formado por Emmanuelle Bernard y Elena Jáuregui (violín), Cian Ó Dúill (viola) y Aoife Nic Athlaoich (cello), más el propio compositor a la guitarra clásica y equipo de efectos electrónicos, tan importante en su obra como la propia música escrita. A partir de un colchón sonoro por parte del cuarteto, de lenguaje atemporal con guiños al minimalismo, la guitarra española iba desgranando notas y acordes tratados con procesadores de señal (efectos variados de eco, retardo, "chorus") en pedalera similar a la de los guitarristas electrónicos más una mesa de mezclas manejada por el compositor, que hacía extensivos a la cuerda frotada según qué momentos, todo en penumbra sólo rota por unos pequeños leds en los atriles, consiguiendo una auténtica banda sonora para ese paisaje pirenáico que rodea todo el valle de Esteríbar.
Conocer lugares además de descubrir música y músicos es más que un placer veraniego, compartir amigos que conocen tus gustos y además sirven de guía ¡todo un tesoro!.