Revista Opinión

Descubrimiento israelí.

Publicado el 09 septiembre 2018 por Emethgolem @NombredeIsrael

¿Tomas probióticos? Podrían ser “potencialmente dañinos”, dice investigador

Las bebidas con probióticos que se han puesto de moda desde hace unos años. En teoría, la ingesta de estos microorganismos vivos puede impulsar la microbioma o restaurar el ecosistema intestinal de las personas después de una dosis de antibióticos. Sin embargo, dos investigaciones publicadas en Cell, muestran que no todo está claro.

Para averiguar qué sucede realmente dentro del intestino cuando las personas ingieren probióticos, el inmunólogo Eran Elinav del Instituto Weizmann de Ciencia en Israel y sus colegas, tomaron muestras del microbioma de voluntarios sanos.

Los científicos usaron endoscopias y colonoscopías. Marcando una diferencia con la mayoría de las otras investigaciones sobre microbiomas las cuales se basan en muestras fecales como un sustituto de los microbios intestinales. Luego alimentaron a 15 de los voluntarios con un suplemento probiótico comercial o con un placebo.

Dos resultados inesperados

El resultado no fue lo que esperaban. Primero, los microbios encontrados en las heces no eran representativos de los que habían colonizado el intestino. “Confiar en las muestras fecales como un indicador de lo que sucede dentro del intestino es incorrecto”, dice Elinav.

Segundo, la investigación también mostró que mientras los probióticos colonizaban el tracto gastrointestinal de algunas personas, el microbioma intestinal de otros los expulsaba. No había forma de decir a partir de su muestra de materia fecal en qué categoría caía la gente. “Algunas personas aceptan los probióticos en el intestino, mientras que otras simplemente las pasan de un extremo a otro”, dice el inmunólogo.

Así mismo, los investigadores descubrieron que los patrones de colonización probiótica eran altamente dependientes del individuo. Por lo tanto, el concepto de que todos podemos beneficiarnos de un probiótico comprado en el supermercado es empíricamente erróneo, explica.

“Es potencialmente dañino”

Además, los investigadores midieron qué sucede con el microbioma de las personas que toman probióticos con la esperanza de restaurar su microbioma después de los antibióticos. Veintiún voluntarios tomaron un tratamiento idéntico con antibióticos y luego fueron separados en tres grupos.

El microbioma del primer grupo se permitió recuperar por sí mismo, mientras que el segundo grupo recibió probióticos. El tercer grupo fue tratado con una dosis de su propio microbioma pre-antibiótico original mediante un trasplante de microbiota fecal.

Las bacterias probióticas colonizaron fácilmente el intestino de todos en el segundo grupo después de que los antibióticos habían despejado el camino. Sin embargo, los investigadores se sorprendieron al descubrir que esto impedía el regreso del microbioma normal de la persona por hasta seis meses.

“Los probióticos impidieron muy potente y persistentemente que el microbioma original volviera a su situación original”, dice Elinav. “Esto fue muy sorprendente y alarmante para nosotros. Este efecto adverso no ha sido descrito hasta la fecha”, explica.

El efecto opuesto se observó con los pacientes a los que se les administró una dosis de su propio microbioma preantibiótico a través de FMT. Su microbioma intestinal nativo volvió a la normalidad en cuestión de días.

Aunque los investigadores no midieron el impacto clínico a largo plazo, estudios previos han encontrado un vínculo entre la interrupción de los microbios intestinales y la obesidad, las alergias y la depresión. “Es potencialmente dañino”, dice Elinav. La conclusión es que los probióticos no siempre cumplen con su reputación inofensiva, y para ser eficaces, su fórmula debe adaptarse a cada individuo.

Victor Román
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma

Fotografía de Pixabay


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