Revista Política

Descubrimientos espectaculares acerca del funcionamiento interno... Las unidades monasticas. Silo 1986

Publicado el 04 diciembre 2015 por Gabrielvl @gabrielvl05
Descubrimientos espectaculares acerca del funcionamiento interno... Las unidades monasticas. Silo 1986 En su momento y en otras civilizaciones, otras culturas, o también en esta misma pero en sus primeros tiempos, existieron esas cosas que algunos llamaron monasterios, cosas de curas (risas). Esas unidades monásticas, que de algún modo, en esas unidades monásticas, en algunos momentos se desarrolló el espíritu. ¿El espíritu? ¿Quién es ese caballero? (risas), por dar un nombre. Sí, sí. Para bien o para mal y con gente a lo mejor muy poco ilustrada, muy ignorante desde el punto de vista de los conocimientos prácticos ¿no es cierto? Y de los conocimientos teóricos ni hablar (risas). Gentes a lo mejor muy analfabetas, dada la época, con mucha torpeza y también con mucha brutalidad en ocasiones, gente con mucho error conceptual, gente muy confundida, gente también muy aprisionada por las creencias de la época, con muchos temores, muchos terrores, gentes que temían a sus dioses, a sus diablos, a sus rarezas, a sus contenidos internos y que bien que mal, tal vez a fuerza de repetir las cosas avanzaban en su conocimiento interno. Es muy sorprendente encontrarse con enormes avances sicológicos internos en unidades monásticas muy primitivas del tipo de las tibetanas; es muy sorprendente el avance sicológico profundo de gentes que a lo mejor no sabían ni leer ni escribir. Pero que a fuerza de repetir cosas habrían puertas internas ¿no? Y logrando buenas experiencias venían nuevas generaciones profundizando en esa dirección. Pero les digo, y para los que son aficionados a estos estudios, que van a encontrar en distintas civilizaciones y momentos del mundo, y un poco albergadas en las religiones, un poco protegidas aunque siempre desconfiadas, aunque siempre desconfiadas por esas religiones, van a encontrar esa suerte de unidades monásticas en donde grandes maestros, por darle un nombre, sí, manejaron llaves del conocimiento profundo. Sí, es indudable ésto, si se lo pesquisa bien, si se lo sigue en profundidad. Descubrieron y manejaron llaves del conocimiento profundo. Cubiertas por esa suerte de manto de lo religioso, no se que afinidad tendrá esa cosa religiosa o religiosoide, alguna cosa, respecto del trabajo interno profundo. Es espectacular, descubrimientos espectaculares acerca del funcionamiento interno, en civilizaciones pero que es un desastre, totalmente primitivas. Una tecnología donde siquiera tenían la rueda, una tecnología de lo último, tecnología cotidiana. Y una tecnología sicológica que parece de otro planeta, espectacular también la disparidad entre la tecnología sicológica y la tecnología, cosa de locos. Y claro, descrito, comentado con un sistema alegórico impenetrable, impenetrable, alquimistas enloquecidos que hablan de dragones, de cosas raras, de fuegos, de humos, de piedras filosofales; tibetanos que hablan de Budas que están adentro de no se que flores; cristianos que hablan de que en el corazón aparece Cristo y les hace una cosa; mahometanos que hacen no se que sistema respiratorio y con esa respiración se inspiran y van a dar a no sé qué cielo. ¡Fantástico! Y claro, para un sicólogo contemporáneo bastante…, sí, sí, formas esquizofrénicas (risas), claro, sí, todos somos tontos hasta que apareció usted (risas), sí, usted es el único vivo… (risas). Las civilizaciones, el ser humano, el desarrollo humano ha trabajado para llegar a usted que es el mayor exponente de la civilización (risas). Y todo lo demás, cretinos, desde la ameba al señor sicólogo… (risas), ¡ah, que bien! ¿Y cuánto demoró usted en obtener esos conocimientos? ¿Cinco años en la facultad de sicología? ¡Braaavooo!… (risas). ¿Y cómo estudiaba, en salida de baño…, qué hacía, tomaba mate, qué…? (risas). Pero, qué es ésto?, pero qué es ésto? Mmm. No saben, no estudian, no aprenden. No estudian, no estudian… Los buenos sicólogos que han estudiado con más profundidad, gentes más profundas y con verdadera vocación, no será para después andar cobrando unas cosas como hacen, no, los buenos sicólogos, gentes profundas como Jung y demás, que entraron en esa cosita del estudiante que no sirve…, y no, se fueron encontrando con el lío. Se fueron encontrando con el lío y se fueron poniendo más seriecitos en ésto, más moderados, ¿eh? Ha habido gente también ahí que ha llegado a comprender la profundidad de toda esta cosa. ¡Hubo hasta sicólogos que llegaron a comprender eso! (risas). Es de locos. Porque si hay una cosa totalmente alejada de lo que estamos hablando son esos señores de ese gremio. ¡Oh, claro! Mejor alguien del sindicato del calzado (risas), o, sí claro, de cualquier otro sindicato, de cualquier otro sindicato. Pero ahí hay, es serio, hay dificultades para entender la cosa. Pero algunos, bien, bien, bien dispuestos y haciendo las cosas lo mejor que han podido. Jung es uno de esos dentro de la sicología, claro que sí, bien. Claro, terminó rarísimamente, haciendo cosas raras, pero, bueno, pero bien, con anillos, con símbolos, con disfraces, un espectáculo (risas), ¿qué es eso?, pero bien, bien.
Así que estamos en este tema de los aceleradores y estamos en este tema de las disposiciones de ciertos ámbitos para que la gente pueda profundizar en sus preguntas más..., de mejor nivel. No estamos pensando ésto sólo para las cosas más periféricas que son una gran ayuda, de un sector apoyo que puede ayudar mucho a la gente nuestra a dar cohesión sicológica y a todo ésto. Bueno, es una disgresión, pero les digo, esta disgresión tiene importancia. Hay gentes más preocupadas por el desarrollo profundo, por el desarrollo interno. Y eso es importante. Cuando nadie está ya preocupado por ese desarrollo interno todo es externidad, todo es esqueleto, todo es forma, como pasa con las civilizaciones y las culturas cuando pierden su espíritu y quedan los grandes esqueletos que todavía se mueven mecánicamente, donde todo se puede diseccionar, cuantificar y donde las cosas ya no funcionan, no tienen sentido.
Tomado de: Facebook. Manuel Hidalgo y del blog Siloismo

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