El año pasado en Semana Santa unas amigas y yo nos fuimos a Bolonia. No fue un viaje planeado; de hecho la primera opción era Turquía, pero cuando nos pusimos a planearlo ya era demasiado tarde y todo demasiado caro; así que recurrimos a coger el billete más barato que hubiera para esas fechas y fue...¡Bolonia!
Reconozco que era un destino que en la vida me había planteado, pero os aseguro que volví enamorada.
El viaje fue muy relajado. Estuvimos 3 días y medio, pasando uno de ellos en Verona. Y os aseguro que hasta nos sobró tiempo para echarnos la siesta.
El primer día llegamos sobre las 4 de la tarde. Dejamos las cosas en el hotel y nos fuimos a dar un paseo, y casi sin darnos cuenta ¡nos recorrimos la ciudad entera! Nos dio tiempo hasta de merendar un helado en gelateria La Torinese y paseando, paseando descubrimos un sitio estupendo para cenar: la pizzeria O`sole mio en la via Castiglione. La vimos de pasada en una de las calles y nos llamó la atención por estar llena, pero de gente local, así que preguntamos si había mesa, y nos gustó tanto que al día siguiente repetimos (también repetimos helado 😋🍨).
Como el viernes habíamos visto casi toda la ciudad, el sábado por la mañana fuimos a ver el Santuario de Nuestra Señora de San Luca, que se encuentra en una colina y para llegar hay que subir unos 4km de escaleras; si estás en forma se puede hacer perfectamente (de hecho nos sorprendió la cantidad de gente joven que había haciendo running, e incluso una chica que se paraba cada ciertos escalones a hacer burpees), pero si lo preferís también tenéis la opción de coger un autobús o un taxi. Eso sí, llegamos tan cansadas que no hicimos muchas fotos, jajaja, pero las vistas son impresionantes.
Una vez de vuelta al centro de la ciudad, dimos un paseo hasta el centro y buscamos un sitio en Google para comer, que nos recomendó la Osteria dell´orsa. Tiene un menú cerrado con tres platos a elegir y una bebida por unos 8€; suele haber cola para pedir mesa, pero en cuanto te apuntan no tardan mas de 15 minutos en sentarte. Por lo visto es muy frecuentado por los universitarios por su precio y te suelen sentar en mesas corridas compartiendo sitio con otras personas. A nosotras nos sentaron en un rinconcito en una mesa para nosotras solas y nos gustó mucho tan la comida, como los postres.
Después de comer nos fuimos a echar la siesta al hotel y al despertarnos nos volvimos a acercar al casco antiguo. Una vez allí volvimos a consultar en Google qué hacer en Bolonia y encontramos una ruta por la ciudad buscando los 7 secretos de Bolonia que es totalmente recomendable y muy divertida. Mejor no os digo nada para que la descubráis por vosotros mismos.
El domingo fuimos a Verona y para ello, compramos los billetes por internet desde Madrid. Pasamos el día entero, pero a mí se me hizo largo, ya que en una mañana se ve lo importante. A mí no me gustó demasiado, no sé si por la ampolla que me salió en el pie, o por lo turístico que es.
Y el último día, el lunes, pudimos disfrutar otro poco de Bolonia. Estuvimos callejeando por la zona del mercado, a la cual se accede desde la piazza Magiore y son varias callejuelas donde los vendedores sacan sus productos a la calle. Nos gustó mucho el ambiente y ver cómo vive la gente en un día de diario. Comimos en el mercato di mezzo, un mercado tipo mercado de San Miguel en Madrid con diferentes puestos donde elegir comida típica italiana. Tanto dentro como fuera hay mesas donde sentarte.
En resumen, Bolonia es una ciudad encantadora, con un aire medieval y lleno de gente. Es una maravilla pasear por sus calles tanto en el fin de semana, con muy buen ambiente de copas, como a diario, perdiéndose entre sus callejuelas y tiendecitas. Recomiendo buscar aquellas donde veáis gente local.
Para comer recomiendo la Osteria dell`Orsa, muy barato y muy rico. Sólo tienen tres platos en la carta y está abarrotado, pero el precio es inmejorable, además de comer como un auténtico universitario de Bolonia. El mercato di mezzo es más turístico, pero está más céntrico y es una buena opción para una comida rápida.
Para cenar, la pizzeria O`sole mio en la via Castiglione y el mejor helado en la gelateria La Torinese, al lado de la Piazza Maggiore.
¡Ah! se me olvidaba. Nos alojamos en un bed an breakfast que nos gustó mucho. Los dueños fueron muy amables y tanto la habitación como el baño (que era compartido) estaban muy limpios. No estaba en el centro, pero su situación era buena, ya que estaba solo a 15 minutos andando del centro y unos 10 en taxi tanto del aeropuerto como de la estación de tren. Os dejo el enlace de Booking aquí.